Tanto la Provincia como la Ciudad de Buenos Aires estudian la posibilidad de adelantar las vacaciones de invierno, con el objetivo de ganar tiempo en el plan de vacunación y evitar al máximo posible la circulación de personas. Fuentes de ambos espacios le expresaron a Data Clave que hasta ahora es “una opción en análisis”.

Ambos distritos se preparan para dejar atrás el confinamiento de los nueve días y volver a un escenario de aperturas a partir del 31 de mayo, aunque con ciertas limitaciones en las actividades comerciales.

Carlos Bianco, jefe de Gabinete provincial, comunicó que más de 100 municipios estarán en fase 2 con actividades limitadas. En tanto, en CABA esperarán los números epidemiológicos de esta tarde para definir qué medidas adoptarán, en especial con las clases presenciales en el nivel primario.

Lo que llamó la atención de ambas conferencias de prensa fue que hubo una coincidencia en la posibilidad de adelantar el periodo vacacional. Fernán Quirós, ministro de Salud porteño, expresó: “Desde el punto sanitario valdría la pena evaluarlo e intentarlo”. Desde Provincia, Bianco coincidió: “Es una posibilidad que hace tiempo venimos barajando. Es una entre tantas”.

Las vacaciones de invierno están previstas desde el 19 hasta el 30 de julio. Por lo que pudo saber Data Clave con fuentes de Educación porteña, el adelantamiento “está sobre la mesa”, pero “todavía no hay nada concreto”.

En tanto, desde el ministerio de Salud porteño y provincial sostienen que aplicar esta medida serviría para “evitar el aumento de la circulación”. “Si los pibes se quedan en su casa, hay menos movilidad”, explicitan desde PBA.

Otra alta fuente de la Provincia de Buenos Aires le explicó a Data Clave que la medida sería acertada porque se espera que en unas semanas se logre inocular a una buena cantidad de personas tras el anuncio de llegada de una importante cantidad de vacunas. "Si tenemos a todos vacunados, la cosa cambia", aseguran. 

La tentativa que analizan Provincia y Ciudad es que las clases se adelanten para mediados de junio o principios de julio. Incluso, desde ambas carteras consideran que sería “positivo” que la medida pueda tomarse de forma conjunta coordinada.

“Seria ideal, hay que ver si es posible”, agregan. Las miradas están puestas a tener un resultado epidemiológico favorable.

Hace poco  Agustina Vila, directora general de Cultura y Educación, expresó en Radio con Vos que “es una alternativa que se evalúa dentro del conjunto de adaptaciones que pueda tener el calendario escolar”, pero que “no es una definición que se vaya a tomar en estas horas”.

“Se trata de un conjunto de medidas que buscan planificar y organizar el trabajo cuando podamos recuperar la presencialidad, al tiempo que fortalecemos todo lo que se puede la continuidad pedagógica no presencial”, expresó al respecto.