“Prometí al asumir la presidencia poner fin a los sótanos de la democracia y lo hice”, dijo Alberto Fernández en la asamblea legislativa de este año. La referencia al primer discurso en el mismo reciento del 10 de diciembre de 2019 tiene su concreción legislativa a meses de terminar el mandato. El gobierno nacional envió esta semana un proyecto de ley al Congreso para crear transformar la actual Escuela de Inteligencia en una Universidad Nacional de Inteligencia (IUNI). La iniciativa del Ejecutivo ingresó por la Cámara de Diputados donde necesita apoyo de bloques opositores.

En principio, recibió un único giro a la comisión de Presupuesto y Hacienda donde el Frente de Todos podría conseguir dictamen fácil si confirma el apoyo de bloques aliados. Sin embargo, en el recinto deberá cosechar ayuda de otros bloques opositores, como Juntos por el Cambio o Interbloque Federal.

El objeto de la ley propuesta es crear el Instituto Universitario Nacional de Inteligencia (IUNI) como unidad organizacional dependiente de la Agencia Federal de Inteligencia organismo descentralizado dentro de la presidencia.

El IUNI tendrá a su cargo la “formación integral del personal de la AFI”, a través de “cursos especiales y carreras de pregrado, grado y posgrado, así como actividades de investigación y extensión”. En cuanto al financiamiento, punto clave en cada debate, el proyecto prevee que las partidas presupuestarias surgirán de las asignaciones ya previstas para la AFI, en caso de sancionarse en este 2023, “las reasignaciones correspondientes que realice el Poder Ejecutivo Nacional” en el Presupuesto actual.

La novedad en esta iniciativa es que dedica un artículo al “personal no integrante del sistema de inteligencia”. El IUNI ofrecerá también una “formación integral en el campo disciplinar de los estudios de inteligencia para quienes no integren el sistema de inteligencia nacional”.

La lectura del oficialismo

El oficialismo explica el proyecto desde la sencillez. Básicamente es que “la escuela de inteligencia (ENI) tenga rango universitario”. 

Este cambio ayudaría a “profesionalizar” al personal afectado a inteligencia y también podría incorporar a civiles a carreras que no son exclusivas internas del personal de Inteligencia. Este nuevo elemento supone mayor “profesionalización” del personal pero también a una mayor “transparencia” en los contenidos de aquellas carreras que dejarían de ser exclusivas para personal interno de la AFI.

El que celebró la iniciativa fue el jefe de gabinete, Agustín Rossi, que hasta febrero ocupó el cargo de titular de la agencia de inteligencia. “Queremos incorporar las trayectorias académicas en materia de inteligencia al sistema educativo nacional y de ese modo jerarquizar la formación de las y los agentes y fortalecer la producción de inteligencia estratégica para el desarrollo del país”, argumentó.

Tweet de Agustín Rossi

Cómo lo recibió JxC

En la oposición el proyecto no levantó demasiadas expectativas iniciales. Una parte aún no lo leyó y la otra se debate internamente. 

El más activo es el bloque Evolución, que mantiene una discusión interna en Juntos por el Cambio debate con el tema creación de universidades.“Lo estamos conversando con Universidades, pero no ha habido una discusión aún en el Bloque porque no hay convocatoria a comisión por el tema”, adelantó un miembro del bloque radical que tiene como referente al cordobés Rodrigo De Loredo.

El antecedente que complica al Frente de Todos es la postura interna en el bloque mayoritario de la oposición que ya bloqueó a fin de año pasado la posibilidad de votar proyectos que creaban otras universidades. En JxC reúne más voluntades a este tipo de iniciativas que suponen mayor gasto.

El único bloque que coquetea con dar el debate y sentarse en el recinto es el radicalismo, puntualmente el de Evolución, en donde tiene banca Emiliano Yacobitti, rector en UBA y que tiene fuerza dentro de la militancia universitaria. Para dar vuelta la taba, deberá discutirse mucho al interior del interbloque.

EL PROYECTO: