La indefinición en torno a las elecciones mantiene preocupados a un grupo de gobernadores del Frente de Todos. Las vueltas en torno a la eliminación de las PASO y la falta de liderazgo que ven en el presidente Alberto Fernández, no les permite ordenar sus provincias. Y el temor de una derrota como la del 2015 se hace presente.

Ante esta situación, los mandatarios buscan la manera de sacudir el PJ nacional ya que entienden que el el presidente no cumple un rol que les permita ser parte de la mesa de discusión.

Con este marco, los gobernadores tienen por delante la difícil decisión de desdoblar o no las elecciones. Y la indecisión nacional golpea sus puertas a nivel local sin dejarles en claro qué marco de acción les conviene tomar de cara a unos comicios en los que el peronismo corre riesgo de ser corrido nuevamente.

Se trata de un movimiento subterráneo que ya empieza a tomar forma y que involucra a un grupo de gobernadores del norte que ya dejaron en claro que "no van a seguir la política de Máximo (Kirchner) de dar por perdida la Nación y poner todo en la Provincia. Eso no es el peronismo", le dice a Data Clave una fuente de primera línea.

Las recientes declaraciones del diputado nacional Carlos Cisneros no solo reflejan el sentir de parte de los mandatarios provinciales sino también de una línea del peronismo que se separa del gobierno nacional y que tampoco se refleja en La Cámpora. "No estamos bien, no funcionamos bien. Creo que no es ningún secreto, yo lo he manifestado. La columna vertebral del Frente de Todos es el PJ, y los que no están de acuerdo, deberían haberse ido", aseguró días atrás el legislador quien, además, es referente nacional de La Bancaria en Tucumán.

No se trata de una declaración al aire. “No le reconozco ningún atributo como para conducir el bloque, y se fue como se fue. Los peronistas, por lo general, no renunciamos, peleamos hasta el final, y tratamos de imponer nuestro punto de vista", manifestó sobre Máximo. Y agregó que “el peronismo hace rato que viene perdiendo espacios por culpa nuestra, y porque cedemos ante imposiciones que no deberíamos ceder”.

El discurso de Cisneros no dista de lo que viene diciendo desde hace rato el intendente de Esteban Echeverría y, como se definió en la última carta que dio a conocer por el Día de la Lealtad, el "último presidente del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires", Fernando Gray. Algo que muchos dirigentes del peronismo no se animan a decir en voz alta pero que sí lo afirman por lo bajo.

Es por esto que las declaraciones de Cisneros fueron celebradas desde distintos sectores que ven a este movimiento como "la antesala de un cambio de época" dentro del PJ.

Por eso no llamó la atención el puente político que tendieron en las últimas horas el jefe comunal y el gobernador de Catamarca, Raúl Jalil. Se trata de dos viejos conocidos de la época de la JP quienes más allá de dialogar sobre el fortalecimiento de los lazos institucionales entre la Provincia y el Municipio, intercambiaron miradas en torno a la situación actual del país.

Un sector de la Liga de Gobernadores ve a Gray como un embajador bonaerense del modelo de PJ que buscan recuperar por fuera del armado que la La Cámpora lleva adelante en Buenos Aires.

Así las cosas, los mandatarios provinciales buscan seguir generando una red de contención interna con el objetivo de poder reposicionarse dentro del armado del FdT, poder sentarse a la mesa de discusión nacional y salir a dar la pelea en el país.