La imagen salió en vivo. Y se replicó en todos los formatos que ofrece hoy el multiverso digital: memes, loops y hasta videos musicales. El ataque al ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, no solo impactó en la humanidad del propio funcionario. El ejecutivo provincial también asimiló el golpe. Y por estas horas analiza cómo expresar la bronca contenida por una situación que, entienden, podría tener un correlato electoral.

En el gobierno bonaerense esperan el momento justo. Saben que deben bajar las aguas y que hoy no hay margen para hacer declaraciones fallidas. La muerte del chofer de la línea 620 no solo repercutió en sus compañeros sino que además caló hondo en una sociedad que viene clamando por respuestas concretas en torno a la inseguridad que aqueja, sobre todo, en el Conurbano.

El gobernador Axel Kicillof tomó la decisión de suspender este lunes un acto de relevancia política para los intendentes para recibir a Berni luego de la agresión sufrida. El mandatario provincial estará hoy en Navarro y en General Rodríguez donde se espera que haga alguna declaración al respecto. Sin embargo, desde adentro del ejecutivo le aseguraron a Data Clave que “se vuelve a dar lo mismo que venimos manifestando desde el año pasado. Toda esta violencia contenida se fogonea desde distintos focos políticos.

Desde la Provincia entienden que la situación podría haberse manejado de otra manera. Incluso, que Berni no debió jugar la personal. “Se regaló”, dijeron. Lo cierto es que la acción de la Policía de la Ciudad es ahora el principal enemigo público hacia donde apuntar. Y, en especial, hacia Eugenio Burzaco, el recientemente nombrado ministro de Seguridad porteño.

Así lo dejó en claro el ministro de Transporte bonaerense, Jorge D'Onofrio, quien estaba junto a Berni y también fue agredido. No necesitábamos ser rescatados, estábamos reuniéndonos con los referentes para recibirlos más tarde y estaba planteada la reunión con la UTA y el gobernador, que se realizó a la tarde en el Ministerio. Ese paso de comedia que hicieron fue innecesario”.

La mirada interna es que “sin la represión policial a los choferes, esto no pasaba”. El golpe en la cabeza propinado por un policía de la Ciudad a un chofer mientras hablaba con otro uniformado se hizo viral. Y es hoy la herramienta con la que cuenta la Provincia para dejar en claro que esto “se agitó”.

Eso sí, la intención no es correr el foco del asesinato del chofer. La oposición por su parte intenta reabrir la herida. “Esto ya pasó con el asesinato del kioskero en Ramos Mejía”, le dice a este medio un dirigente del oficialismo. La referencia es al crimen del comerciante de La Matanza ocurrido en la previa de las elecciones de noviembre de 2021. 

Con el año electoral de fondo, la oposición bonaerense sabe que la inseguridad es el dedo en la llaga que necesita para acercar voces a favor en un Conurbano caldeado. Y es por esto que desde ningún sector de Juntos expresaron algún tipo de solidaridad con la agresión sufrida por el ministro. La línea a seguir es clara.