“Hay que bajar al territorio y dar la discusión sin tener vergüenza, mirando a los ojos a los vecinos y explicando lo que pasa”, dijo Axel Kicillof en el último Plenario de la Militancia que se llevó adelante en Avellaneda para respaldar la figura de Cristina Fernández.

No hay que bajar al territorio compañero gobernador, hay que subir a la militancia a los lugares de decisión de una buena vez por todas”, devolvió Máximo Kirchner ante la mirada atónita del gobernador bonaerense.

El momento de tensión que se vivió el sábado pasado en el municipio con adn kirchnerista caló hondo en la interna del peronismo para definir las candidaturas de cara a las elecciones presidenciales de 2023, donde además de la discusión a nivel Nación, también se pone en juego retener el poder en la provincia de Buenos Aires.

El clima en el escenario del plenario no era el mejor. Mientras Kicillof brindaba un enérgico discurso con el eje puesto en la “proscripción” de CFK, detrás de su espalda se veía a un Máximo Kirchner gesticulando y hasta por momentos desaprobando parte del discurso y aplaudiendo con desgano. Del lado del gobernador también hubo una clara incomodidad cuando el diputado nacional le hizo una corrección ante toda la militancia presente.

Y el trasfondo de esta tensa relación es evidente y hasta público: mientras Kicillof quiere tener un segundo mandato en la provincia de Buenos Aires y profundizar su proyecto, el camporismo presiona para que el exministro de Economía de el salto a competir en Nación y le abra el paso a su jefe de Gabinete, Martín Insaurralde, quien tiene un acuerdo político con Máximo Kirchner y es su elegido para competir en esa jurisdicción.

Kicillof da por terminado el desplante público de Máximo y busca consolidar su proyecto en PBA

Hay diversos factores que hacen que sea poco probable un desembarco de Kicillof en Nación. En principio son tres: el primero es que el actual gobernador asegura tener una visión clara de lo que necesita la Provincia y quiere profundizar lo que no se pudo llevar a cabo en 2020-2021 por las urgencias de la pandemia del covid-19; el segundo es que ve poco productivo en términos individuales y colectivos tener que ir a una eventual paso con Sergio Massa; y por último, en el Frente de Todos todavía no está claro si Alberto Fernández irá por un tercer mandato. En caso de hacerlo, consideran que sería un error táctico disputarle el poder a un Presidente en ejercicio. Y un bonus track que tranquilamente podría ser un cuarto argumento: Cristina Fernández de Kirchner confía plenamente en la figura de Kicillof y, al igual que en 2019, sostiene que es el mejor cuadro para PBA.

En el entorno del gobernador bonaerense son conscientes de que esta discusión se dará más adelante y de cara a toda la dirigencia, pero no niegan que el objetivo es revalidar la gestión y tener un segundo mandato. “Nosotros tenemos un proyecto de provincia, no es una aventura individual o un capricho. No pasa por lo que una persona quiere”, le confió a Data Clave una fuente de permanente diálogo con Kicillof.

A pesar de las esquirlas del último acto en Avellaneda, desde el entorno del gobernador aseguran que la polémica con Máximo está “terminada”, aún cuando muchos funcionarios bonaerenses se mordieron la lengua para no salir a contestar públicamente ese destrato público del presidente del Partido Justicialista de PBA. El único que tímidamente lo hizo fue el jefe de Asesores, Carlos Bianco, un hombre de extrema confianza del gobernador. “Somos todos militantes, recorremos todos los días la provincia y eso lo estamos cumpliendo. De hecho me animo a decir que este debe ser el gabinete más militante de la historia en la Provincia”, manifestó.

De todos modos, en las filas del gobernador bonaerense se preguntan si La Cámpora tiene tanta presencia en otras provincias o municipios como la tiene en el gabinete de Kicillof. Actualmente tienen bajo su órbita los ministerios de Salud (Nicolás Kreplak), Ambiente (Daniela Vilar) y Desarrollo de la Comunidad (Andrés Larroque), sumando también que tienen puestos de relevancia en los ministerios de la Mujer, Justicia, Comunicación, Trabajo y de la propia área de Gobierno. A su vez, tienen a su cargo el Instituto de Previsión Social (Marina Moretti) y la dirección de IOMA (Homero Giles).

En La Cámpora no hubo demasiadas respuestas al respecto de lo que dijo Máximo Kirchner en Avellaneda. Es más, más de un militante se sorprendió con el reclamo público a Kicillof. Desde el entorno del diputado nacional señalaron que no se quiso establecer una discusión táctica por las candidaturas, sino más bien conceptual: los funcionarios no bajan al territorio porque forman parte del territorio, según desde las filas del camporismo.

Las discusiones en el Frente de Todos seguramente sigan hasta que los dirigentes se ordenen en función de lo que se defina en la superestructura. Aunque hoy el desorden en la coalición es evidente: sin nada definido en Nación, en Ciudad y Provincia ya se dieron los primeros movimientos para articular programas de gobiernos comunes y evaluar a los candidatos que puedan encabezar las listas.