El ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, habló con Data Clave sobre los desafíos de la pospandemia y aquello que dejó el Covid tras su paso. El marketing de la salud y el consenso para avanzar en una reforma sanitaria. 

Data Clave: Da la sensación de que la pandemia quedó en el pasado. ¿Es así? ¿Cuál es el mensaje desde Provincia?

Nicolás Kreplak: Hace ya cuatro semanas que están bajando los casos en esta quinta ola. Y si bien la pandemia, en sentido estricto y formal, no cesó, porque es a nivel global, en nuestro país no está produciendo lo que una pandemia produce normalmente que sería alteración en el orden social o, al menos, del sistema de salud.

Data Clave: Por ende, no terminó.

N.K.: Sigue habiendo una enorme circulación del virus y sigue siendo un virus con posibilidades de mutación. Lo bueno es que no se ha visto en ningún caso, que estas mutaciones logren escapar a la defensa producida tanto por la vacunas. Así que, aunque pierde algún grado de eficacia ante las mutaciones nuevas, la vacuna original sigue siendo potente y siguen funcionando. Entonces, se podría decir que el panorama sería continuar vigilando, observando atentos. Viendo la necesidad de nuevas vacunas si es que llega a aparecer algo distinto.

Data Clave: ¿Se puede afirmar entonces que es el momento de mayor tranquilidad desde aquella cuarentena de marzo de 2020?

N.K.: Sí, sin ninguna duda. Pasamos un invierno sin ningún tipo de restricciones. Y ya hay cosas de las que aprender que llegaron para quedarse, como la ventilación en lugares cerrados e, incluso, el monitoreo de la seguridad del aire como para medir el dióxido de carbono. Hay que entender que en distintos lugares del mundo desde hace mucho tiempo se usa el barbijo en lugares comunes como un tren dónde hay mucha gente y todos desconocidos.

Data Clave: Hace poco tiempo, en Provincia habilitaron la vacunación libre entre los 6 meses y los tres años. ¿Qué porcentaje de vacunados hay hoy en esa población?

N.K.: El nivel de vacunación es bajo. Tenemos una población objetivo de 500 mil personas y hemos vacunado cerca de diez mil. Ahora, si eso se debe a desconfianza de la vacuna, no lo podría asegurar. Porque cuando aparecen muchos casos, las personas se preocupan y llevan a vacunar un poco más a sus hijos. Es algo que tiene que ver con la percepción de riesgo.

Data Clave: ¿La obligatoriedad sigue siendo una discusión a dar?

N.K.: Para mí lo de la obligatoriedad o no en las vacunas dependerá lo que suceda con el tiempo. O sea, si este virus sigue circulando y produciendo enfermedad con el pasar del tiempo y la vacuna sigue siendo la misma me parece que sería razonable plantear la obligatoriedad. La seguridad ya está estudiada y las vacunas obligatorias son un capital simbólico. La nueva mayoría del pueblo acepta que el sistema de salud tome ciertas decisiones, como pasa con el sistema educativo. La educación es obligatoria, la vacunación también. Eso me parece que eso tiene un valor social que está bueno defenderlo.

Data Clave: ¿Qué expuso la pandemia en relación a esto que venís mencionando?

N.K.: Hay una vieja discusión entre los que nos dedicamos al sanitarismo respecto del rol de la sociedad en la salud. Porque muchos de nosotros tenemos una visión más popular del asunto. Creemos que la salud debe ser tomada e interpretada por el pueblo. Y cuando sucede eso hay opiniones. Y hay un lado positivo en esto de que el pueblo se empodere del debate y tome decisiones.

Data Clave: ¿Por qué?

N.K.: Porque habitualmente la medicina suele ser muy paternalista, verticalista. Y las decisiones las toman solamente los médicos. Entonces se hace lo que el médico dice. Eso es bueno, porque siguen consejos adecuados. Pero genera poca capacidad para el cuidado. Y el cuidado depende mucho de la actitud de la participación activa de la población. Muchas veces nos preguntamos en el sistema de salud cómo hacemos para mejorar el autocuidado. La responsabilidad de cada uno sobre la promoción y prevención de la salud cuando el lenguaje que utilizamos en salud es difícil y poco accesible. Cuando las decisiones muchas veces no se explican. Entonces, hay algo que sucedió con la pandemia y es que a la sociedad, muchas veces a través de los medios de comunicación, se la desinformó. Pero no mal intencionadamente. Simplemente porque es un tema difícil y confuso y eso es algo que tenemos que aprovechar.

Data Clave.: El buen marketing de la salud.

N.K.: Sí, porque la pandemia permitió que una parte de la sociedad conozca el sistema de salud. Que se revalore al sistema de salud público porque hoy ya sabemos que el sistema estuvo presente garantizando atención de calidad y oportuna para todos. Después, claro, hay muchas cosas que surgen del debate social. Y que tiene que ver con el desafío que fue para el propio sistema de salud organizarse en función de una demanda extrema. Y a partir de eso se generaron muchos cambios estructurales y organizativos muy importantes.

Data Clave.: ¿De qué tipo?

N.K.: Recuperar el rol central en el Ministerio de Salud bonaerense como coordinador del sistema de salud no solo de los hospitales provinciales. Con un rol de responsabilidad sobre la seguridad social y el sector privado. Hay un resultado central que dio la pandemia y es que no solamente pudimos darles atención a todos sino que no hubo desigualdad.

Data Clave: ¿Cuánto falta para concretar la idea de una reforma sanitaria?

N.K.: Son procesos que están iniciados. Vamos transformando los hospitales neuropsiquiátricos en hospitales abiertos. Esto de salud mental, se enmarca dentro de una reforma del Ministerio de Salud que está sucediendo. Nosotros cuando hablamos del rol del sistema de salud que está centralizando el sistema, cuando hablamos de la discusión sobre el financiamiento, lo estamos teniendo con el sector de las obras sociales y privados. Todo es parte de un proceso. No se va a resolver de un día para el otro. Estamos dando la discusión, pero son sistemas muy complejos con muchos actores, que tienen décadas de producirse de determinada manera. Todos llegamos al debate que hay que resolverlos y que hay que ir en contra de cómo viene el camino. Por ejemplo, compras conjuntas que hicimos durante la pandemia. Hay muchas cosas de ese camino que estamos llevando adelante, que algunas terminarán en leyes y se irán dando de alguna manera. Pero que antes de llegar a ley, no puede ser una ley porque se publica en el boletín oficial. Tiene que ser un proceso de trabajo con todos los actores, que se vaya acompañando.

Data Clave: ¿Hay consenso?

N.K.: Hay un consenso muy grande para reformar el sistema de salud. Estamos trabajando en centralizar y organizar investigación en los servicios de salud. La verdad que hay muchísimas cosas. Y yo digo que no podemos pensar que se va a resolver porque una ley salga. Es un proceso largo, llevará mucho tiempo. Pero que tenemos que ir trabajando con paciencia y con convicción. La digitalización tiene que ser una de las herramientas centrales para después poder tener buena atención con todo. Y es que la organización lleva a que, en todo caso, podríamos pagar mejor las atenciones. Hoy muchos profesionales dicen “estamos ganando mal”. Algo que es discutible porque algunos ganan muy bien y otros ganan mal. Pero también pasa eso porque se va mucho dinero en otras cosas que podríamos reorientarla hacia, por ejemplo, mejorar las condiciones de los trabajadores, que es central.