El camarista federal Leopoldo Bruglia demandó por 40 millones de pesos al presidente, Alberto Fernández, por haberlo descalificado en Twitter cuando fue trasladado por decreto del ex jefe del Estado Mauricio Macri de un tribunal a otro.

La demanda, que recayó originalmente en el juzgado civil número 79, a cargo de María Pilar Rebaudi Basavilbaso quién fue recusada sin causa por el camarista, será finalmente investigada por el juzgado civil 45, cuyo titular es Carlos Hugo Goggi

En Tribunales se comentó, de acuerdo a lo que relevó Data Clave, que realizó la recusación para que no intervenga esa magistrada porque es integrante de la lista Celeste de Magistrados.

Concretamente, Bruglia entendió que las palabras de Fernández le causaron un “daño al honor, reputación y dignidad -con afectación moral– daño 2 en la imagen pública, familiar, social e institucional exponencialmente propagados sin límite alguno, por la irrefrenable herramienta publica utilizada por el ofensor, que llegara a la comunidad toda e incluso transgrediera los límites nacionales, tanto frente a mis colegas, a las personas que se desempeñan en el poder judicial, como a terceros y al público en general, con fuertes implicancias en el ejercicio de mi actividad de juez”.

“Dicho accionar, al provenir de una figura pública con el grado que ostenta y por el medio utilizado, hace que la agresión desplegada en forma personal y como representante gubernamental máximo de la República Argentina, haya provocado un daño ilimitado, sin alcances determinables y en constante progreso y expansión, por el cual deberá responder”, agregó el camarista en la demanda que cuenta con el patrocinio de Estela Eva Pastorini y Juan Manuel Blanco.

La demanda millonaria de Bruglia contra Alberto Fernández ya tiene juez

El magistrado sostuvo que “quiso descalificar un fallo que junto con los restantes jueces que integran la Sala, había emitido unas horas antes, que sin duda no era de su agrado y ejercitó la violencia que implica la descalificación personal al autor de la resolución, empleando así el arma que el ofensor termina utilizando en casos como éste, en forma oblicua, para sus no calificables actitudes”.

Sobre la cifra consignada, Bruglia destacó: “No es sustancial para mí la solución patrimonial, no llega a restaurar lo dañado. Pero es muy importante intentar reponer algo de lo que en muchas ocasiones hemos perdido en el correcto ejercicio de la jurisdicción, en colisión con intereses políticos o de la más variada índole. Esta derrota se lee en el concepto social. Y es una cuestión de límites, de excesos y de impunidad”.

Por último, el vocal destacó que la publicación del presidente “fue realizada con absoluta deslealtad, mala fe, temeridad, malicia y falsedad ideológica, a sabiendas de que generaría una conmoción en la opinión pública toda, instalando la certeza de que el cargo que ostento como Juez de la Cámara Federal, lo hago como un “usurpador” de dicha magistratura, tanto a la fecha de los hechos, como en la actualidad, demostrándose así el carácter de efecto permanente de la descalificación”.