Esta mañana el presidente Alberto Fernández anunció que enviará al Congreso Nacional un proyecto de ley para establecer, bajo “criterios científicos claros y precisos”, las restricciones y medidas de cuidado que deben aplicarse en el territorio nacional. Esta idea está basada en la experiencia de Alemania, que ante el aumento exponencial de contagios por coronavirus, el Parlamento sancionó la semana pasada una ley con el objetivo de unificar la toma de decisiones para todo el país.

Este antecedente fue puesto como ejemplo por la ministra de Salud, Carla Vizzotti, al referirse a la decisión del jefe de Estado. 

El texto alemán impone hasta el 30 de junio un endurecimiento de las reglas sanitarias cuando la tasa de incidencia (número de infecciones por semana) supere los 100 cada 100.000 durante tres días consecutivos.

La activación automática de ese recurso, llamado "freno de emergencia", pone fin a las tensiones con las regiones, cuyos dirigentes suavizaban o incluso ignoraban en ocasiones las medidas estrictas decretadas por la canciller Ángela Merkel para contener los contagios por Covid-19.

La ley permite que el Gobierno federal sustituya las decisiones de los gobiernos regionales, lo que supone un cambio clave en la relación entre Berlín y los estados federados.

Quienes están a favor de la ley, entre ellos Merkel, argumentan que Alemania debía poner fin a aplicar medidas desiguales y que una normativa uniforme es especialmente necesaria ahora que se intenta controlar la tercera ola de contagios.

La ley establece además el cierre de espacios culturales, un endurecimiento de las restricciones de contacto y un toque de queda de las 10 de la noche hasta las 5 de la mañana.

Si la tasa de incidencia supera los 165 casos por cada 100.000 habitantes, los colegios también deben pasar a la enseñanza a distancia, mientras que los comercios no esenciales y los restaurantes deben cerrar, salvo los que ofrecen comidas para llevar.

Para el Gobierno federal resulta primordial asumir el control de la gestión de la pandemia que causó más de 81.000 muertos en el país. La tercera ola de infecciones, marcada por una rápida propagación de las variantes del virus, todavía no alcanzó su pico, según los virólogos.

Algunos partidos nacionales, como los liberales del FDP, y otros regionales como los bávaros Freie Wähler, se oponen a la normativa y el el Tribunal Supremo de Karlsruhe recibió 25 recursos contra la ley, según un vocero.