Tres meses para debatir, armar sus opiniones, entrevistar expertos y llegar (o no) a consensos. Noventa días será el plazo que tendrá la comisión de asesores que conformó Alberto Fernández con el objetivo de mejorar el sistema judicial. Los tópicos son conocidos: funcionamiento de la Corte Suprema, del Consejo de la Magistratura, de los Ministerios Públicos (Fiscal y de la Defensa) y también el rol del juicio por jurados, una cuenta pendiente en la gran mayoría de las provincias del país a pesar de estar en la Constitución Nacional desde 1853.

El comité está compuesto por Alberto Beraldi, Inés Weinberg, Enrique Bacigalupo, Gustavo Ferreyra, León Arslanian, Marisa Herrera, Hilda Kogan, Claudia Sbar, María del Carmen Battaini, Omar Palermo y Andrés Gil Domínguez. Ya tuvieron varias reuniones virtuales informales antes de la fecha oficial de comienzo de sus funciones, el próximo martes 18 de agosto. Por cuestiones relacionadas con la pandemia, todo se hará de manera virtual. El whatsapp ya está en pleno funcionamiento y las reuniones donde se intercambiará información serán dos veces por semana, luego de una deliberación al respecto ya que todos tienen una agenda bastante atareada.

A partir del martes, comenzarán las discusiones reales entre los integrantes de este comité, que tienen visiones e ideologías bastante diversas. Los que están del lado de adentro del mostrador judicial tienen una visión menos hostil que aquellos que se encargan de llevar adelante los casos. Falencias, lentitud, tiempos eternos, acceso difícil para la sociedad, politización son algunos de los reclamos que se repiten cuando se habla del funcionamiento. 

¿Ampliación de la Corte? ¿Modificar el tema de acceso y el recurso extraordinario ¿Un método para cambiar la forma de seleccionar Procurador/a o Defensor/a? ¿Juicio por jurados en el sistema federal? ¿Cambios en la integración del Consejo de la Magistratura? ¿Capacitación en cuestiones de género? ¿Desigualdad y techo de cristal en el sistema? Algunas de las preguntas en las que ahondarán los once fantásticos de Alberto.

¿Qué pasará si no hay consensos? Todo lo que la comisión produzca podrá firmarse como opinión de varios o de uno solo. Los proyectos o sugerencias de proyectos no tienen que salir por mayoría o por unanimidad. Es más, luego todo será leído por el presidente, quién será el que defina si manda algún proyecto al Congreso o si toma alguna de las sugerencias que se armen.

En Tribunales, el recelo está al máximo. A las hostilidades de los jueces "comunes y corrientes", se suma cierto escepticismo del cuarto piso del Palacio. "La Corte funciona mal", dijo el oficialismo. Si bien rápidamente se salió a aclarar que se trataba del sistema y no de los nombres propios, el daño ya estaba hecho. Esta semana, cuando trascendió que los expertos querían citar a los miembros de la Corte para hablar de su funcionamiento, la respuesta fue la misma que en otras ocasiones: "nos enteramos por los medios".

Si bien está claro que nadie saldrá públicamente a decir nada, hay dos cuestiones que no se olvidan: la primera, el diálogo quebrado entre el cuarto piso y la Casa Rosada. Segundo, lo complejo que está el tratamiento de la reforma judicial en este momento en el Congreso, con un panorama de incertidumbre si logra superar el Senado y llegar a Diputados. Dejar que la opinión pública, la oposición, los operadores de siempre y algún que otro periodista "vaya limando" el trabajo del comité parece ser la opción que eligieron varios para atravesar estos meses.