Jorge Macri espera a que llegue el 10 de diciembre de 2023. Independientemente de quién sea Gobierno para ese entonces, lo seguro es que el será el nuevo jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Todavía no definió a su equipo de gabinete, pero ya es consciente que llegará al poder con más desafíos que lo que fue la última gestión de Horacio Rodrígue Larreta.

El exintendente de Vicente López cuenta con la dificultad de que no tendrá mayoría automática en la Legislatura porteña. El PRO, bajo la unidad de Juntos por el Cambio, contaba con 32 bancas de las 60 que tiene el recinto. A falta de los resultados definitivos, ahora tendrá entre 30 y 31 escaños. El oficialismo -o cualquier fuera política- necesita 31 votos para poder sesionar.

Pero no es lo único que dificulta este cuadro de situación. La lista que representa a su espacio tiene un nutrido número de legisladores que responden a UCR-Evolución -espacio que lidera Martín Lousteau-, la Coalición Cívica -dependiente de Elisa Carrió- y Confianza Pública, liderado por Graciela Ocaña. A eso también se suman los socialistas que dirige Roy Cortina.

La coalición oficialista puso en juego 17 de sus 32 escaños y logró retener casi la totalidad. A falta de confirmación oficial, el tablero político quedaría configurado de la siguiente manera: 30 bancas para Juntos por el Cambio, 18 para Unión por la Patria, 9 para La Libertad Avana y 3 para el Frente de Izquierda.

Y aquí es donde el primo de Mauricio tiene un objetivo muy complicado. En primer lugar es lograr acordar con Lousteau para conservar el apoyo radical en el recinto. De hecho, el senador nacional lo presionó a Jorge Macri a través de los medios de comunicación para exigirle que tome una definición de cara al balotage. Por ahora, no hubo respuesta al respecto.

Los desafíos de Jorge Macri: asumir sin poder en la Legislatura y con primer proyecto polémico

Además de retener los votos de Lousteau, también será un desafío para el oficialismo persuadir el voto de los libertarios, que en principio estarían liderados por Ramiro Marra, ausente en esta etapa de la campaña electoral luego de su mal desempeño en las elecciones, ya que apostaba a quedar en segundo lugar para desplazar a Unión por la Patria.

Mientras tanto, la Legislatura porteña sigue funcionando como tal hasta el 10 de diciembre y hubo una nueva polémica en la comisión de Justicia. Clara Muzzio, actual ministra de Espacio Público e Higiene Urbana y flamante vicejefa de Gabinete, presentó un proyecto ambiental que entre sus ítems propone cobrar multas a personas en situación de calle, cartoneros o cooperativas que revuelvan la basura entre los contenedores.

Una fuente opositora le aseguró a Data Clave que el proyecto tiene propuestas interesantes para proteger el ambiente. Una de ellas, por ejemplo, es la de aumentar las sanciones e incorporar capacitaciones para atodas aquellas empresas o personas que dañen el medio ambiente. Sin embargo, desde Unión por la Patria pidieron que el proyecto vuelva a los asesores para que sea mejorado. Y en parte es por esa polémica iniciativa que también apunta contra las personas en situaciones de calle o cooperativas.

“El PRO suele hacer estas cosas. En el medio de las faltas correctas metieron una que sanciona a quien revuelve o ‘bandalia’ los contenedores”, le contaron a este medio. Un artículo plantea que las cooperativas que incurran en estas “faltas” podrían sufrir multas de hasta $10 millones.

El proyecto de Muzzio y con el aval del Ejecutivo ya cuenta con las firmas de los diputados oficialistas y apuntan a tratarlo en la sesión del próximo 2 de noviembre. Desde Unión por la Patria apuntan a que se siga tratando en las comisiones para evitar que se sancione con esos artículos polémicos. Aseguran que el artículo de sanciones físicas a las personas que revuelven la basura ya fue quitado y que ahora el trabajo es encontrar una solución para las cooperativas.