El ministro de Economía, Martín Guzmán, ratificó que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) no implicará en un ajuste y que tampoco se darán saltos devaluatorios. A su vez, aseguró que reducir el déficit fiscal es un objetivo del Gobierno que excede al plantel del organismo.

El titular del Palacio de Hacienda, en un extenso reportaje con Página 12, dio su visión de lo que significa el principio de entendimiento con el organismo multilateral de crédito para refinanciar los U$S 44 mil millones que tomó de deuda la gestión de Mauricio Macri.

"Hubo un momento en el cual las condiciones en las que se podía llegar a un acuerdo eran condiciones de ajuste, y nosotros considerábamos que esa no era una forma viable de avanzar", comenzó diciendo, en referencia a los dos años de negociación que llevó adelante el Estado argentino con el Fondo.

El acuerdo se dio en una semana en la que el Frente de Todos coqueteó con la posibilidad de haber entrado en default, sobre todo porque el viernes vencía una cuota de unos U$S 731 millones. En la previa, voces más ligadas al kirchnerismo planteaban que el default "no tenía que aterrorizar", entre otras posturas.

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Sobre esto, Guzmán planteó: "Aquí hay dos caminos. Uno es aquel en el cual la Argentina no puede refinanciar la deuda con el FMI, el camino del no acuerdo, y hay que ver qué implica ese camino. Eso, para nosotros, es dar un paso hacia lo totalmente desconocido. Es una realidad, el gobierno de Juntos por el Cambio tomó casi U$S 45 mil millones de deuda, de un monto record histórico en la historia del FMI. Y ese problema se lo dejó a la Argentina, y había que buscar resolverlo".

"Lo que buscamos hacer, dado que no podíamos pagar, era que siguiésemos el camino en el que tuviéramos las mejores condiciones dentro de lo posible, que para nosotros era refinanciar las deudas. No refinanciar las deudas y no pagar, también hubiese significado un faltante de dólares en el país, y eso hubiese alterado las posibilidades de continuar el crecimiento, generar empleo", agregó el ministro.

Por otra parte, el titular del Palacio de Hacienda ratificó que este acuerdo, a diferencia de los entendimientos que suelen celebrar los Estados naciones con el organismo, no implican un ajuste o un "palo en la rueda" para el crecimiento de la economía. "No es ajuste porque el gasto real no cae, sino que por el contrario crece. Es decir, no está el Estado quitando recursos de la economía. Al contrario, el Estado seguirá expandiendo recursos hacia la economía, y al mismo tiempo lo que habrá es una reasignación de recursos del Estado", planteó.

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Y sumó: "Nosotros no fuimos al FMI, fue el gobierno anterior. Nosotros lo que necesitamos negociar con el Fondo y seguiremos negociando por mucho tiempo, por la cantidad de la deuda, es porque lo trajo al país el gobierno anterior. Y porque no tenemos esos dólares. Esos dolares se malgastaron. Más de la mitad de ese préstamo record se usó para financiar una salida de capitales. Se fueron los dólares. Y casi la otra mitad se usó para pagar deuda insostenible, deuda externa pública a acreedores privados, en lugar de hacer lo que hicimos nosotros luego, que era reestructurar".

En principio, las exigencias del FMI para que Argentina cumpla con el cronograma de pagos es que haya reducción del déficit fiscal progresivo, con la intención de que llegue a 0 puntos en 2025; disminución de los subsidios para los sectores energéticos y el no financiamiento del Banco Central al Tesoro (frenar la emisión monetaria). "Bajar el déficit es un objetivo más allá de la presencia, o no, del FMI en la Argentina. Porque si tenemos déficit, hay que financiarlo, y hay dos formas de financiarlo: con deuda o emitiendo", dijo Guzmán.

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Y en esa línea, profundizó: "Hay un límite hasta cuánto la deuda puede, más o menos, subir y no generar problemas. Si hay deuda externa es un problema. Nosotros no tomamos deuda externa; eso es lo que hizo el gobierno anterior, que se endeudó en U$S 100 mil millones. Nosotros tomamos deuda interna, en nuestra propia moneda. Eso es algo que hoy ayuda. Y el otro es la emisión monetaria, que en un contexto en el cual lo que escasea son las divisas, pone más presión sobre sobre el precio del dólar".

Por último, consideró: "Se debe destacar lo bien que condujo la negociación el Presidente, que logró involucrar a tantos otros presidentes de países. Además hubo un esfuerzo coordinado de todo el Gobierno para buscar cuidar a la Argentina lo máximo posible. Y seguiremos haciendo eso. Mes a mes, cada tres meses, cada seis meses, cada vez que toque una revisión del acuerdo lo haremos con la misma filosofía que fue la que dio lugar a este resultado".