Once funcionarios del gobierno de Juan Zabaleta renunciaron en las últimas horas luego de que el intendente de Hurlingham tomara la decisión de remover a cinco compañeros que se desempeñaban como secretarios, directores y coordinadores de diferentes áreas municipales. Se trató de una dimisión masiva que impacta no solo hacia adentro del distrito sino también a nivel provincial, e incluso, nacional.

Sucede que desde adentro del kirchnerismo local aseguran que el problema de Zabaleta ya no es con organización liderada por Máximo Kirchner sino más bien el peronismo en sí. “Hay dirigentes que no responden al núcleo duro, que son de otras agrupaciones, incluso gente del Frente Renovador. La pelea no es con La Cámpora, es con Cristina. Zabaleta se quiere volver a acomodar como ya hizo en otras oportunidades”, le cuenta a Data Clave una fuente inobjetable que conoce muy bien el funcionamiento municipal.

Después de que Facundo Cadavid, Abril Kopriva, Patricia Danna, Patricia Fraga y Daniel Campisi fueran echadas de sus cargos este lunes, los cinco dirigentes expusieron en una serie de cartas los hechos acontecidos. “Fueron a laburar y se presentó un grupo de individuos con el decreto del intendente. Algunos pudieron entrar y les desenchufaron las computadoras como parte de un acción violento”, aseguró la misma fuente.

Todos los ahora exfuncionarios detallaron su labor realizada en este tiempo y agradecieron el espacio que les dio Damián Selci, quien fuera el intendente local durante el salto de Zabaleta a Nación como ministro de Desarrollo Social. A la vez, cuestionaron las formas en las que se manejó la actual gestión y dejaron en claro, algunos de ellos, que asumieron sus roles sin ningún tipo de de filiación política.

La pregunta que hoy da vueltas en Hurlingham es por qué Zabaleta tomó la decisión de avanzar con estos despidos sabiendo del impacto que la repercusión que podrían generar. La respuesta es clara: el intendente busca despegarse del kirchnerismo de cara a las elecciones. Pero para los locales hay más.

Pese a que nunca hubo una buena relación entre Zabaleta y Selci, con el regreso del intendente las diferencias se profundizaron. Todos los funcionarios que asumieron en un rol que había dejado un dirigente cercano al jefe comunal para acompañarlo en su patriada nacional, renunciaron sus puestos para facilitar el cambio de mando. La actitud cayó bien hacia adentro.

Sin embargo, las cosas se pusieron peor cuando Selci intentó reasumir como presidente del HCD. Y el mismo día que Horacio Rodríguez Larreta visitó la ciudad, los concejales de Zabaleta y de Juntos no dieron el quorum para el retorno del ahora exintendente.

“Quiere adelantar una pelea q se tendría que dar más adelante. Si quiere internas, se darán en el momento adecuado. Pero boqueó mucho cuando se fue y se la jugó por mostrarse como el duro”, dice un dirigente local. Y añade: “Está tramando un acuerdo por fuera del FdT. Pero lo que no se da cuenta es que todo el grupo al que él bancó con Randazzo y el propio albertismo que intentó crear están todos adentro. Y muchos cerca de Máximo”.

Así las cosas, Zabaleta hace su propia jugada en busca de exponer sus diferencias internas con el kirchnerismo en pos de sumar para un electorado que en las últimas elecciones dividió sus votos casi a la mitad entre el oficialismo y la oposición poniendo en riesgo lo que viene.