El apuro de Sergio Massa se debe a que el Banco Mundial aún no desembolso los U$S 2.000 millones que estaban previstos. Los dólares de la entidad son fundamentales para los intendentes, que dependen en gran parte de los fondos (son 288.000 millones de pesos que irán a muchos municipios). De hecho, gran parte de los 24 proyectos que tiene el BM en la Argentina termina en las manos de los intendentes, que sin el fondeo de 8.400 millones de dólares que el Banco Mundial pone en el país, se paralizarían muchas obras. Pero no es el único organismo: el BID otorgó U$S 11.700 millones y la CAF U$S 3.880 millones. Massa se encontrara en EEUU con los representantes del BM para que se aceleren préstamos por 3000 millones de dólares y para acelerar el préstamos de 1200 millones del BID, demorado hace más de un trimestre.

Lo cierto es que los préstamos de la Corporación Andina de Fomento (CAF) y el Banco Mundial terminaran en los hechos resolviendo el problema más acuciante de Massa: el del ingreso de dólares a las reservas. Y aunque es verdad que en el equipo de Massa están contentos porque el BCRA dejó de vender divisas y en las últimas 12 ruedas compró casi 300 millones de dólares, aún los números siguen en rojo, ya que desde que la salida de Guzmán el BCRA vendió 1.922 millones de dólares y las reservas internacionales netas se ubican en torno a los u$s1.000 millones. 

Pero la búsqueda de financiamiento de Massa incluye usar parte de esos fondos para un fideicomiso denominado Programa de Inversiones Estratégicas por 100.000 millones de pesos que funcionará en la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) y asegurará a Nación y provincias que lleguen los fondos para obras. Aunque en el mercado le reclaman más dólares para engrosar las reservas internacionales, ya que a pesar de los muchos rumores, el único concreto fue la firma del acuerdo con la CAF por préstamos por u$S 740 millones la semana pasada, de los cuales solo u$s 400 millones ya habrían entrado. 

Los dólares son claves para que el mercado descarte, al menos por ahora, nuevas expectativas devaluatorias. Es verdad que Massa puede mostrar algunos resultados: la brecha cambiaria desde la llegada del tigrense paso del 160% a 120%. Pero por ahora es poco. Sobre todo con una inflación mensual que parece estar cómoda en el 6% mensual. De hecho, muchos critican al secretario de Comercio, Matias Tombolini, y afirman que no se está tan lejos de la inflación del +7,4% mensual de Julio para que el gobierno haya decidido aumentar precios regulados (GNC, transporte público, medicina prepaga, gas envasado y naftas), subir los precios cuidados y avanzar con la quita de subsidios, que empezará a impactar en las facturas en Septiembre. Si a eso se le suma la reapertura de paritarias, la actualización de contratos pondría el piso de inflación anual en torno a 90/100%, los tres dígitos que más teme el gobierno y el mercado. 

Los recortes para cumplir con el FMI tampoco  son buenas noticias para Massa. La quita de subsidios energéticos fue escueta (0,06% del PBI) y el ajuste de 210.000 millones de pesos la semana que pasó fue del 0,16%. Pero para el mercado sigue siendo poco: de acuerdo a la consultora Analytica, para cumplir la meta de déficit del 2,5% del PBI acordada con el FMI, hay que podar aun otros $308.000 millones, una cifra que podría amenazar con ralentizar la economía. 

Es por eso que Massa necesita imperiosamente los dólares que irá a buscar con bancos privados a EEUU, pues la reducción de los subsidios a la energía (un ahorro anual de $150.000 millones en 2022), el anticipo del impuesto a las ganancias (que traería $250.000 millones antes de fin de año a las arcas del estado), sumado a varias medidas de austeridad (modificación presupuestaria de -0,15% del PBI en los próximos 4 meses ,fin de monetización del déficit, canje voluntario de deuda) y a otras expansivas (bono para jubilados con gasto de $115.000 millones) no le alcanzan al superministro para tranquilizar al mercado si no aparecen los verdes frescos. Porque ya se sabe: a los actores económicos argentinos, se les habla con el corazón y siempre contestan con el bolsillo.