El regreso de Daniel Scioli provocó un fuerte movimiento en el Frente de Todos. Su arribo al gabinete en reemplazo del eyectado Matías Kulfas como ministro de Producción generó nuevas discusiones internas. Algunas por facturas del pasado y otras por el devenir de la coalición de gobierno.

El presidente Alberto Fernández tomó nuevamente la decisión de mover una sola pieza para intentar generar un cambio de rumbo no solo a nivel país sino también hacia adentro.

Pero no se trata de uno más. Scioli asumió ayer como un superministro, avalado como vicepresidente, dos veces gobernador bonaerense y excandidato al sillón de Rivadavia en 2015, cuando cayó ante Mauricio Macri.

Su retorno es también la forma de congeniar con el PJ más tradicional, algo que provocó una alegría en varios jefes comunales bonaerenses con los que el ahora funcionario nacional tiene una relación muy estrecha y consideran puede ser beneficiados con su arribo.

Sin embargo, en el Frente Renovador no están nada contentos con el ingreso del exmotonauta. Y los motivos son varios. Se trata sin dudas de un presidenciable que podría complicar el escenario bonaerense, del titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, quien ve como otra vez, Scioli se mete en su deseo como candidato.

Se sabe, el líder del Frente Renovador va a ser candidato. Y hoy, a diferencia de Juntos (donde pululan más de 6 presidenciables), el Frente de Todos todavía no cuenta con una serie de aspirantes para el sillón de Rivadavia.

Pero la bronca no solo es a futuro. Entre Massa y Scioli hay pasado. Y mucho. Cabe recordar que en 2013, cuando el titular de Diputados armó el Frente Renovador negoció hasta último momento con Scioli para tenerlo adentro de su armado. Algo que parecía un hecho hasta que, como siempre pasó con el exgobernador bonaerense, no se terminó yendo a ningún lado y apoyó al entonces Frente para la Victoria en las elecciones de medio término que tuvieron como principal candidato al ahora jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde. Para el massismo, Scioli es un traidor.

Claro, siempre es cuestión de perspectiva. En lo concreto, Scioli siempre amenazó con dar un portazo que nunca terminó de dar y se convirtió en uno de los más fieles.

Hay un hecho que Massa tampoco olvida y que ocurrió durante la campaña para 2013, cuando Scioli era gobernador bonaerense. En aquel entonces un prefecto ingresó en la casa de Tigre del líder del FR. Dos años después se corroboró que era miembro de inteligencia de Prefectura. La lectura del massismo fue que se trató de un hecho político. Este hecho había llevado Massa a vincular el robo con un acto de espionaje y de atemorización de parte del Gobierno.

Pese a que todavía no se vieron las caras, desde un sector del Frente Renovador no dejaron pasar la llegada de Scioli al gobierno y abrieron un nuevo frente de batalla interna. “Scioli sigue siendo el mismo. No cambió nada. Marketing, publicidad y poca gestión”, le dijo a Data Clave el diputado bonaerense Rubén Eslaiman, mano derecha de Massa en la Provincia.

El legislador ayer había tuiteado: “Hay pocas acciones de nuestro gobierno que no me agradan y muchísimas que sí, pero la asunción de este sujeto (por Daniel Scioli) me desagrada profundamente”.

Otra interna en puerta: por qué el regreso de Scioli provocó la furia del massismo

No fue el único. En diálogo con este medio, un dirigente provincial del FR también arremetió contra Scioli: “Me indignan sus formas. Siempre todo para él. Mirá la foto que subió con Alberto. Decime si viste una foto peor de Alberto. Es una cuestión de jerarquía. Tenés que poner la foto en la que se vea bien él, no vos”.

Como queda claro, el Frente de Todos abre otro camino interno que habrá que esperar para ver dónde termina.