Alan Schlenker insiste de todas las formas posibles, desde hace nueve años, en que se revierta su condena a prisión perpetua como instigador del crimen de Gonzalo Acro. Hasta ahora, ninguno de esos intentos tuvo resultados. Jefe de la barra brava junto con su hermano, proclamó su inocencia desde la cárcel a través de programas de televisión y desde una cuenta de Twitter que manejan sus familiares.

En septiembre de 2011, el Tribunal Oral en lo Criminal 15 lo condenó a perpetua, junto con su hermano William. “Instigador penalmente responsable de los delitos de homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas en concurso real con tentativa de homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas”, fueron los delitos que le fijaron. A otros barras también les dictaron perpetua: Ariel Luna, Pablo Girón y Rubén Pintos. Cinco años después, Casación dejó firme esa condena y ordenó la inmediata detención de los hermanos. 

Alan Schlenker siguió, sin embargo, llenando de recursos y de pedidos a los tribunales. Solicitudes de visita, habeas corpus, requerimientos para que su causa llegue a la Corte Interamericana de Derechos Humanos y eso lo saque de prisión.

Como parte de esa estrategia judicial, la defensa presentó lo que se llama un “recurso de revisión interpuesto contra la sentencia firme dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional n° 15”. ¿Qué es esto? Algo que permite, de manera excepcional, que se revise una condena que ya está firme.

La sala de turno de la Casación Nacional tomó ese recurso: es quién define si algo debe pasar a ser considerado o si “se queda en la puerta”. Los tres jueces que intervinieron consideraron que era inadmisible. La defensa no se rindió y volvió a insistir. Les dijo que se habían excedido al evaluar elementos sobre el fondo de la cuestión y que solo tenían que definir si su pedido era tratado o no. Cabe resaltar que tanto la Fiscalía como la querellante Romina Acro sostuvieron que debía declararse inadmisible la petición.

Los jueces Eugenio Sarrabayrouse, Pablo Jantus y Gustavo Bruzzone le contestaron de forma lapidaria: para que se revise una sentencia se necesita nueva información que “haga evidente que el hecho no existió, que el condenado no lo cometió o que el hecho cometido encuadra en una norma penal más favorable”. Nada de esto se ve reflejado en el pedido y por eso lo rechazaron directamente, sin darle intervención a otra sala.

Para Casación, el pedido solo se basa en el desacuerdo con la decisión que tomaron antes y no con elementos nuevos que permitan sostener esa revisión que pretende Schlenker. Por ahora, dentro de tribunales, el ex barra no tuvo mucha suerte: hasta la Corte le declaró inadmisibles sus pedidos, lo que llevó a que sus dos condenas quedaran firmes en 2017. La primera fue la de Acro. La segunda, el homicidio de un vendedor de drogas que se había peleado con su hermano, en 2001.