El Frente de Todos está entrampado en un debate estéril que pone en peligro la estabilidad del gobierno construido en base a una estrategia de unidad, amenazada hoy por un "internismo despiadado" que desilusiona a los que lo votaron en 2019. Esta lectura es compartida por un importante número de funcionarios de primera línea del gabinete nacional y por integrantes de la bancada oficialista en ambas cámaras.

Sin embargo, la atmósfera en los pasillos de la Rosada y el Congreso se torna por momentos tan espesa, que impide a muchos de los integrantes de la coalición oficialista apreciar con nitidez el despilfarro de capital político que diariamente hacen al exponer los debates de sus posiciones diferentes en los distintos ámbitos de gestión. Porque no es insalubre que en un Frente político compuesto por diferentes espacios, existan diferencias. Lo verdaderamente dañino es que los protagonistas las expongan públicamente de manera descarnada.

"Algunos compañeros persisten en el internismo con la errónea idea de que eso les permite sumar a sus construcciones, pero no se dan cuenta que esa estrategia les resta, porque la mayor parte de los que nos votaron quiere la unidad", le dijo a Data Clave un dirigente con acceso directo al principal despacho de la Cámara de Diputados.

En linea con esta idea aparece un relevamiento realizado por una consultora privada durante los últimos días de marzo que reveló un dato contundente: el 55 % del electorado desea la unidad del Frente de Todos. El sondeo encargado por un sector del oficialismo al que accedió Data Clave, estableció que cerca del 80 % de quienes votaron la formula de los Fernández en 2019 se inclinan a favor de que se mantengan unidos, al igual que sus adherentes plenos y críticos. Incluso la mitad de los opositores blandos también la desean.

Rosada y Congreso redoblan esfuerzos para apuntalar la unidad del Frente de Todos y preparan contraofensiva

El informe analítico presentado junto a los datos duros que obra en poder de los primeros niveles de conducción del FdT, arriba a tres conclusiones:

1- La interna representa un nuevo síntoma de desconexión entre la clase política y la opinión pública. La ciudadanía los quiere ver juntos, trabajando arreglando sus problemas cotidianos (inflación, desempleo, inseguridad).

2- Las peleas son un nuevo desgaste entre los liderazgos políticos y los electores. Más allá del ruido y la intensidad que agitan las minorías, la gran mayoría los quiere ver unidos.

3- Los argentinos perciben que la salida es en conjunto, no dividida (peleados). La unidad en la diversidad tiene premio en la mayoría. La pelea interna, en las minorías.

"Queda claro que los que quieren romper son segundas lineas que crecen con la interna, pero los popes están a favor de la unidad, a pesar de la diversidad", reafirmó otro funcionario nacional consultado por este portal. "Debemos cumplir con el mandato que la coalición expresa, bajar el ruido interno y hacernos fuertes con los muy buenos datos que arroja la economía, más allá del indicador negativo de la inflación", completó la fuente.

Desde la bancada oficialista en diputados sostienen que la prioridad es "llevar adelante la agenda de leyes propuestas por el Ejecutivo a comienzos de años y que tienen que ver con terminar de encender la economía". Entre esas iniciativas se encuentran las que promueven la Agroindustria, la Construcción, los Hidrocarburos, el fomento del Turismo y de la industria del Cannabis. "Son leyes que nos multiplican y aceleran la generación de dólares de la Argentina, a lo que debemos sumar el alivio e incentivos para los sectores que exportan rápidamente trabajo argentino, como la cadena de valor del litio", culminó el informante.

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Gabinete con los dientes apretados

"Hay que dejar de hincharse las pelotas, no podemos seguir dañándonos entre nosotros, el pueblo argentino está muy golpeado", dijo este martes el ministro de Desarrollo Social Juan Zabaleta, en diálogo con el programa "Argenzuela" (Radio 10). Al referirse a la responsabilidad del presidente Alberto Fernández y su vice Cristina Kirchner en esta falta de diálogo dentro del propio gobierno, el funcionario expresó: "ellos dos tienen la obligación de tirar del carro, pero hay muchos de nosotros tenemos que empujarlo para que avance, porque vale la pena".

El titular de la cartera social planteó también que "es mucho más importante hablar sobre cómo solucionar los problemas a los argentinos que la interna política" y que "es necesario cumplir las promesas que hicimos, no podemos desilusionarlas"

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En el mismo sentido se expresó la Secretaria de Legal y Técnica de Presidencia, Vilma Ibarra. "Esta presencia pública de la discusión interna no nos hacen bien, estamos llegando a recuperar lo que se perdió durante la pandemia, tenemos que dar respuestas pero con debates internos no lo vamos a poder hacer, tenemos que bajar la tensión", sostuvo una de las funcionarias de mayor confianza del Presidente.

Al respecto del daño en el capital político que genera esta exposición pública y descarnada de las diferencias. Ibarra resalto: "Nada ni nadie debe poner en riesgo la unidad de la coalición, tenemos un año y nueve meses para dar vuelta la situación, hay que cumplir las promesas que le hicimos a la gente, no podemos desilusionarlas, eso es lo peor que puede suceder".

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La Secretaria de Legal y Técnica se negó a formar parte de quienes escalan los debates internos: "jamás lo hice, ni lo voy hacer porque valoro esta unidad que nos costó mucho lograr y nos generó a toda lo sociedad una enorme esperanza que, si no respondemos, la gente no nos lo va a perdonar jamás".