Falta menos de dos semanas para que se renueve la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio en el Senado. Las juras de los nuevos legisladores serán los días previos del discurso de asunción de Javier Milei como presidente.

En los días posteriores al resultado electoral de la segunda vuelta apenas un puñado de despachos estuvieron en actividad pero la preocupación estuvo presente en todos los bloques por igual. ¿Qué pasará en el nuevo Congreso? ¿Se mantiene la unidad del peronismo y de Juntos por el Cambio? ¿Quiénes serán los dadores de gobernabilidad?

En este punto, hay un tema principal que puede definir como se acomodan los diputados y senadores y es la definición de las autoridades en ambas Cámaras. En la Cámara baja, la presidencia corresponde por uso y costumbre al oficialismo pero dado el inédito caso de un bloque de La Libertad Avanza en franca desventaja, no se sabe quien puede ser propuesto y las especulaciones cambian día a día. En el Senado, el caso es parecido y el peronismo, de mantener unidad estará en condiciones de reclamar la presidencia provisional pero la diferencia es que la vicepresidenta Victoria Villarruel tiene asegurada la presidencia de la Cámara alta.

Todas las informaciones que llegan desde el búnker libertario en el Hotel Libertador es que el elegido para ocupar la conducción de Diputados es Florencio Randazzo. Pero esa definición desplaza a Cristian Ritondo que ya se veía en la silla principal de la Cámara baja y tensiona los acuerdos con el PRO. A su vez, los diputados electos de La Libertad Avanza se reúnen internamente y elaboran estrategia de presión al presidente electo para que ese lugar sea para uno propio. Oscar Zago y Carlos Alessandro se prueban el traje de candidatos y alguno se ilusiona con el riojano Martín Menem. Todo está abierto, al menos hasta la semana de la jura.

Randazzo hace unos días junto al diputado electo de LLA, Ricardo Bussi.
Randazzo hace unos días junto al diputado electo de LLA, Ricardo Bussi.

Qué hará Unión por la Patria

En el peronismo pasó una semana de reuniones y consultas pero sin definiciones. La clave es esperar a que hará La Libertad Avanza y sus eventuales aliados parlamentarios. En esa votación de la presidencia, para UxP debe quedar claro el rol que ocupará el elegido en caso de ser alguien por fuera de LLA.

“¿Por qué tendríamos acompañar la elección de alguien que salió tercero o cuarto en la elección?”, se preguntan por estas horas en el actual y saliente oficialismo. La relación fría, distante y hasta con rencores personales no resueltos del actual oficialismo y futura primera minoría opositora con Florencio Randazzo es algo que el futuro gobierno parece no poner en la balanza a la hora de posicionarlo como posible presidente de la Cámara baja. Los acuerdos se aíslan en ese caso a JxC que expondrá también su mal estar viéndose Cristian Ritondo despojado de algo que creía seguro. En el caso de un presidente PRO, en el peronismo pedirán explicitar el alcance del acuerdo para decidir posicionamiento en el recinto.

Por los pasillos del tercer piso del palacio legislativo, donde ocupan despachos los diputados del actual oficialismo, la estrategia es el silencio. El mismo que adoptó el candidato presidencial Sergio Massa, habrá tiempo para esperar los movimientos del futuro gobierno y sus posibles acompañantes en la gestión. 

Chau JxC, el PRO y la UCR en negociaciones internas por separado

El radicalismo, fiel a su costumbre, vuelve a delinear con reuniones internas y mucha discusión, el rol que tendrá a partir del 10 de diciembre. Todos dan por finalizada la etapa “Cambiemos” envuelta en una situación a la que definen como “desastre”.

En una de las pocas reuniones que convocó a un puñado de correligionarios en el segundo piso del palacio legislativo, Facundo Manes pretendió liderar un grupo de legisladores que apuntan a dejar de ser “furgones del PRO”. Algo que el neurocirujano viene intentando hace años y es derrotado internamente. El otro sector se sigue preguntando qué puede pasar en un escenario de división con un radicalismo aislado. El miedo a la soledad sigue siendo un impedimento a la dispersión. “No se resolvió nada”, fue la definición de las reuniones.

Por su parte, en el PRO, también coinciden en la sensación de que Juntos por el Cambio ha dejado de existir. Más aún, especulan que si hay un acuerdo por la presidencia y Ritondo asume el rol de jefe máximo de la Cámara baja, lo que detoné también será el propio bloque amarillo. A diferencia del radicalismo, no hay reuniones internas ni están a la vista y cada cual negocia por separado. 

La unidad del PRO depende de lo que haga Ritondo
La unidad del PRO depende de lo que haga Ritondo

En cuanto a lo que se viene, entienden que durante el tono opositor que prevalecerá será el de opción “razonable” serán evaluadas. “Hasta ahora no está proponiendo locura”, se escuchó decir a una diputada influyente en la puerta de uno de los despachos PRO. Algunas privatizaciones como las de los medios públicos o la política de cielos abiertos ya eran parte de la agenda amarilla, ¿por qué no apoyar?

Las cartas aún no están puestas sobre el paño. A la espera de una definición se inunda de ansiedad cada uno de los despachos.