Son contados los casos de mandatarios, ya sean presidentes, gobernadores o intendentes, que no van por un segundo período de gestión. En general, el primer mandato es en el que sientan las bases para lo que luego será su sello en la continuación de un modelo. Pero en ocasiones, hay imponderables que coartan esa posibilidad. Para muestra, sobra un botón: a la fecha, el Presidente Alberto Fernández no define si irá por la reelección. De ahí para abajo, todo puede suceder.

Y este es el caso de la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, que no se presentará en los comicios que tendrán lugar en menos de un mes, el próximo 16 de abril. La decisión puede ser sorpresiva o llamativa para el afuera, pero era esperable en el marco del oficialismo provincial, Juntos Somos Río Negro. Y también para la oposición.

El líder del partido es el exgobernador y actual senador nacional Alberto Weretilneck, quien no pudo ir por la reelección por un en 2019 porque se le computó como primer mandato el que heredó tras el asesinato de Carlos Soria a principios de 2012. Por entonces era el vice y casi tuvo un período completo al frente de la provincia. Esa fue la justificación del Tribunal Electoral de Río Negro para no dejarlo competir. Aquel episodio desencadenó en la llegada de Carreras al poder.

De movida, la gestión de Arabela arrancó condicionada, con el fantasma de su antecesor muy presente. Conforme fueron pasando los meses, se afianzó en el puesto y esto le generó algunos cortocircuitos con Weretilneck. Pero pasó mucha agua debajo del puente y hoy parecen haber limado asperezas. “Ella va a estar donde quiera, es su decisión”, confiaron a Data Clave desde el entorno del candidato de JSRN a la gobernación.

La intendencia de Bariloche es un viejo anhelo de Carreras.
La intendencia de Bariloche es un viejo anhelo de Carreras.

Y el desembarco de Carreras en una intendencia es un hecho. Sin confirmación oficial, desde las filas de la mandataria aseguran que tiene la decisión tomada. Su destino está en la Cordillera: será candidata a intendenta de Bariloche. Es oriunda de allí y fue ministra de Turismo de la provincia, por lo que conoce el paño. No obstante, hasta que no pase la campaña por la gobernación, no habrá ningún tipo de anuncio.

Para mejor, el actual jefe comunal, Gustavo Gennuso no cuenta con el beneplácito de la ciudadanía y ciertamente tampoco del partido, más allá de la buena relación entre el alcalde y Weretilneck. “No tiene votos”, coinciden todos. De todas maneras, no puede ir por otro mandato. Así, el oficialismo coronaría un win win.

La historia de la candidatura de Arabela en Bariloche se cocinó a fuego lento durante años. Ella siempre quiso ser intendenta de su ciudad natal, pero en el medio le llegó la oportunidad de ser gobernadora y no pudo decir que no. En esa misma elección del 2019 hubo un acuerdo tácito con Weretilneck: si él quería volver en 2023, ella se correría. Y eso hizo ahora, no puso condiciones, pese a que las mieles del poder siempre seducen. 

Carreras conserva buena imagen entre los rionegrinos, por lo que hay confianza en su equipo de lograr el cometido en la ciudad turística por excelencia de la Patagonia. De esta manera, JSRN podría poner en carrera a la gobernadora, en un distrito que va a tener una competencia feroz por la sucesión de Gennuso. Si juega la mandataria, hará las veces de ordenadora del espacio ya que pocos querrán medirse contra ella.