Berni lo hizo”, podría rezar, en un futuro, un cartel proselitista si los cambios generados en Seguridad dan sus frutos. Claro, no es fácil. La inseguridad es una problemática endémica que Buenos Aires, como también el resto del país, aún no puede resolver. Sin embargo, el ministro de Seguridad bonaerense consiguió dar un gran paso rumbo al 2022. Y también, por qué no, hacia el 2023.

La explicación es simple. Luego de exponer sus quejas internas para con la conducción nacional, que lo llevaron a enfrentamientos con la exministra de Seguridad Sabina Frederic y su sucesor Aníbal Fernández, Berni tendrá por delante buena parte de los recursos solicitados para poder ajustar los cambios de paradigma necesarios para dentro de su cartera y de La Bonaerense, la siempre cuestionada fuerza policial.

Y es que el presupuesto presentado ayer por el ministro de Hacienda, Pablo López, contempla un fuerte aumento en la inversión en materia de seguridad, algo por lo que Berni venía peleando desde su llegada al cargo y que, producto de la pandemia, entre otros temas, no había podido concretarse.

Pero no solo eso. Desde el ejecutivo provincial también evaluaron el fuerte impacto electoral que tuvo la inseguridad. Algo que obligó a afinar los números en relación a la cartera del funcionario provincial.

El proyecto de presupuesto para 2022 contempla seguir reforzando la inversión para contar con más policías, mejor equipamiento y mejor infraestructura. En esta línea, el Ministerio de Seguridad junto con el Instituto Universitario Policial Juan Vucetich contarán con un presupuesto total para insumos, equipamiento e infraestructura de $47.233 millones, lo que implica una mejora del 10,2% en términos reales interanuales y del 199,6% con respecto al ejecutado en 2019. De esta forma, se triplica la inversión en comparación a los niveles de 2019, lo que constituye un récord histórico en cuanto a la inversión asignada a estos organismos.

Se destacan $20.013 millones para el Fortalecimiento del equipamiento de seguridad; $16.362 millones para Formación policial; $3.200 millones para puesta en valor de dependencias policiales; $7.000 millones para el Fondo Municipal de Fortalecimiento de la Seguridad, entre otras.

Este último ítem era uno de los principales pedidos desde los municipios opositores. Un reclamo que no claudicó y que fue celebrado por los intendentes.

Es una mirada de gestión del gobernador. No son parches para la situación. Forma parte de una mirada estratégica”, le dice a Data Clave un hombre de confianza del ministro. Y agrega: “Tiene que ver con un paradigma con el cambio en seguridad. Nada se soluciona poniendo más policías en la calle. Por eso, la profesionalización de la policía es clave. Tenemos previsto formar 40 mil cadetes en los próximos dos años. Pero no solo para anotarlos y sacarlos a la calle, sino para instruirlos en el uso racional de la fuerza y con todas las herramientas necesarias”.

En concreto, Berni apunta a cambiarle la imagen a La Bonaerense. “La fuerza tiene una historia trágica y heroica. Por eso es necesario poder cambiar el paradigma. Chocobar hizo todo mal, ¿pero estaba formado? ¿Tenía equilibrio para el uso racional de la fuerza?”, se consulta la misma fuente. Y contesta: “No se resuelve todo de un día para el otro. La sociedad grita policía, pero no cuestiona que el agente gane por debajo de la línea de pobreza”.

Tras el crimen del kiosquero en Ramos Mejía, Berni copó la tapa de los medios y se convirtió en el principal apuntado por la oposición en la previa electoral. El funcionario aseguró que se tomaría 24 horas para recapacitar cuestiones políticas. Hoy, a más de dos semanas del resultado que alguno vieron como una victoria y que el propio funcionario calificó de derrota, el escenario parece haber cambiado.

De esta manera, Berni pasará de ser un funcionario en situación de renuncia latente a un superministro que quedará empoderado no solo para llevar adelante su modelo de gestión en 2022 sino para comenzar a cumplir con sus aspiraciones presidenciales en 2023.