El Frente de Todos tiene en claro que para poder ganar las elecciones bonaerenses debe realizar una elección de peso en una sección en la que nunca perdió: la tercera. El motor de La Matanza es fundamental y suele ser el principal condicionante para marcar la diferencia de votos a favor con la que el oficialismo no solo puede asegurarse la Provincia sino también dar un fuerte aporte a la campaña nacional.

La tercera sección cuenta cuenta con 19 municipios, de los cuales 15 son gobernados por el Frente de Todos. La distancia es amplia. Y de peso. Sobre todo para una región que concentra casi 5 millones de personas habilitadas para votar, lo que representa un 14 por ciento del padrón de todo el país (uno de cada 7 argentinos) y el 63 por ciento del provincial.

Claro, la política no es matemática. Sin embargo, a pesar de que casi ninguno pone en duda su continuidad en 2023 (Quilmes y Berisso son los escenarios más complejos), la tracción territorial hacia arriba necesita de una diferencia significativa para que esa masa de gente a favor no se vuelva una contra. Y el último antecedente no es positivo. Sucede que en los comicios del 2021, todos los distritos gobernados por el FdT en la tercera sección perdieron distancia con su competidor inmediato. Algunos incluso bajaron hasta un 20 por ciento el acompañamiento.

La Matanza, por caso, pasó de un 64 a 24 en la elección para intendente de 2019 a un 46 a 28. Algo similar se dio en Almirante Brown y Lomas de Zamora, otros de los distritos más poblados de la Provincia.

La mirada siempre sigue siendo la misma, en favor de los vecinos. Si nosotros logramos renovar con el mayor acompañamiento eso nos permite poder llevar adelante todo lo que se pueda prometer durante una campaña electoral. Si eso después repercute en el voto a Nación y a la Provincia es un plus, pero nuestro trabajo es en el territorio”, le dice a Data Clave uno de los jefes comunales de la sección.

Y agrega: “Si vamos a recorrer el distrito para juntar votos para arriba es hora de que nos sienten en la mesa nacional y tener una representación clara en la provincial. Somos todos parte del mismo proyecto: que no vuelva el neoliberalismo. Nos une el espanto, pero es lógico que tengamos diferencias”.

De hecho, la distancia interna existe. Y pese a que la Liga de Intendentes hoy tenga una referencia más lineal y sin tantos dirigentes al frente, lo cierto es que no todos tiran para el mismo lado.

Lo que sucede en la Provincia es un claro ejemplo. El gobernador Axel Kicillof busca poder asegurar el apoyo para ir por la reelección. Sin embargo, hoy no cuenta con la banca de un grupo de intendentes fuertes, quienes antes de concretar su venia quieren lograr acuerdos políticos que puedan favorecerlos en la previa del cierre de listas y de cara a la idea de una eventual victoria.

En ese marco, el jefe de Gabinete, Martín Insaurralde, lidera a un grupo de jefes comunales que tiene su representación en la tercera. Mariano Cascallares (de licencia en Almirante Brown, pero con el poder a mano) y Nicolás Mantegazza (San Vicente) son dos de sus principales en la sección. Quien también se une en la misma línea es el actual Director de Vialidad, de licencia en Punta Indio, Hernán Y. Zurieta. También el “Gato” Granados (Ezeiza) se muestra cercano a lo que fue el famoso grupo Esmeralda.

Se trata de 5 de los 15 distritos que comanda el Frente de Todos. ¿Pero qué pasa con el resto? Los movimientos no son tan claro. Y muchos apuestan por la individualidad. Sin dudas Mario Secco es fiel al kirchnerismo sin formar parte de La Cámpora. Es más, ni siquiera del peronismo; es presidente del Frente Grande. El mandamás de Ensenada tiene como principal ladero al jefe comunal de Berisso, Fabián Cagliardi. Pero la relación ya no es tan buena como en un principio.

Quien sí es abonada de La Cámpora es Mayra Mendoza, que tiene una de las tareas más complejas para las próximas elecciones. Se sabe que enfrente tendrá al exjefe comunal y actual diputado bonaerense, Martiniano Molina, quien juega en la corriente interna de Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli.

La representación del ministro de Economía, Sergio Massa, en la sección no es tan fuerte a comparación. El único distrito que le responde es Presidente Perón, donde manda Blanca Cantero.

Sin dudas, el pejotismo todavía tiene su fuerza en el Conurbano. Juan José Mussi (Berazategui) y Andrés Watson (Florencio Varela) son los exponentes. Este último a través de la figura de su líder político, el diputado nacional y exjefe comunal, Julio César Pereyra. Se trata de dos referentes para buena parte del grupo liderado por Insaurralde y también para otros dirigentes que juegan más a la personal.

Tal es el caso de Fernando Espinoza (La Matanza) y de Jorge Ferraresi (Avellaneda). Ambos jefes comunales se reunieron días atrás para comenzar a darle forma a lo que será la puja interna por el armado de la tercera sección. Cada uno con sus lazos internos, los intendentes celebraron el encuentro pese a que puertas adentro difieran en cómo debería continuar el camino a la gobernación. El exministro de Desarrollo Territorial se mostró en favor de la reelección del mandatario provincial mientras que el matancero sigue a la espera.

Un caso aparte, sin dudas, es el de Fernando Gray (Esteban Echeverría). El jefe comunal y expresidente del PJ bonaerense juega la suya sin rendirle cuentas a nadie. No asiste a los encuentros de sus pares y arma las listas a su gusto. Un modelo que desean emular otros compañeros pero que, por las presiones internas, no pueden concretar.