La noticia anticipada por el presidente Alberto Fernández conmovió el mediodía argentino: el gobierno anunció que dispuso la adquisición de 25 millones de dosis de vacunas rusas que llegarían al país entre diciembre de 2020 y enero de 2021. La información ya había trascendido durante el fin de semana, pero la confirmación de boca del mismísimo primer mandatario en entrevista con una agencia noticiosa de Rusia, generó un gran revuelo.

Data Clave consultó a Lisandro Bonelli, jefe de Gabinete del ministerio de Salud de la Nación, quien aseguró que “esto es parte de un proceso de negociación que se viene dando entre los Estados y las empresas”. A su vez, resaltó que, como bien dijo Fernández, el compromiso es que sean 10 millones de dosis en diciembre y otros 15 millones en enero para completar un total de 12,5 millones de tratamientos, ya que para la inmunización completa se requieren dos dosis.

Como se dijo desde un principio, el objetivo es inmunizar inicialmente a los más de 11 millones de personas que integran los grupos de riesgo, mayores de 60 años, personal de salud y sanitario. 

El funcionario consultado aclaró algo fundamental: "tanto en el caso de esta vacuna como en el de las otras con cuyos estados y/o laboratorios hemos suscripto acuerdos, la efectivización de la compra está supeditada al cumplimiento de la Fase 3 de investigación".

Rusia fue el primer país que dijo tener una fórmula efectiva disponible, lo que despertó dudas sobre su fiabilidad en el mundo occidental, donde las vacunas más avanzadas, las desarrolladas en Estados Unidos por la empresa Moderna y los Institutos Nacionales de Salud, y en Reino Unido por la compañía AstraZeneca y la Universidad de Oxford, aún se hallan en fase de pruebas.

Muchos analistas creen que Rusia busca apuntarse un tanto en la esfera internacional con su Sputnik V, bautizada igual que un satélite de la era de la carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética.

La Sputnik V recibió el visto bueno de las autoridades sanitarias rusas el pasado mes de agosto antes de que se hicieran públicos los resultados de las primeras dos fases de ensayos clínicos -que no revelaron efectos secundarios graves y sí una importante respuesta inmunológica en los 76 participantes- y ya la está aplicando localmente entre voluntarios pertenecientes a grupos en riesgo.

Por su parte, Tomas Orduna, infectólogo y asesor del Gobierno, le dijo a este medio que “todavía no tienen información oficial y que se están enterando por distintos medios”, aunque darán detalles técnicos “cuando reciban los datos oficiales del Ministerio de Salud”. “Sabemos que está terminando su fase 3, pero no sabemos las compras y los detalles a tener en cuenta. Cuando tengamos todos los datos, seguramente daremos mayores precisiones”, agregó.

En off, un diputado nacional le agregó a este medio que "si en diciembre la vacuna rusa aprobó todas las fases, vamos a estar en lista de privilegio para acceder a esa cantidad de dosis". 

Sin embargo, de acuerdo a lo que indican varios investigadores y con la propia voz del Gobierno, la adquisición de estas dosis recién se harán efectivas “cuando terminen exitosamente la Fase 3 de experimentación”.

¿Qué es la Fase 3?

Daniel Stecher, jefe de Infectología del Hospital de Clínicas, le explicó a Data Clave que es un estudio donde una vacuna que demostró que produce anticuerpos y que es segura, se empieza a probar en poblaciones más grandes. Allí se comparan a aquellos que reciben la vacuna con los que reciben ‘placebos’.

En este método, se analizan tres cosas: el porcentaje de personas que lograron prevenir la enfermedad usando la vacuna; si efectivamente se desarrollan los anticuerpos demostrados en las fases anteriores; y si la misma ver el perfil de seguridad por posibles efectos adversos de la vacuna.

Una vez que se completa esto, se puede decir que supera la fase 3 y que es efectiva y eficaz. Posteriormente la estrategia de cómo suministrar las dosis corresponden a las decisiones de los diferentes países. Y un detalle no menor es que cuando pasa la fase 3, distintos auditores corroboran su desarrollo.