Claro y contundente el embajador alemán en Buenos Aires, Ulrich Sante, dijo: “Tenemos un plan (y sea modesto) para ayudar en la revitalización de la economía de Argentina ¡Pero se necesitan dos para el tango y libertad empresarial para cualquier inversión! “.

Las palabras del diplomático se conocieron en momentos en que el Ministro de Economía, Martín Guzmán, cerraba su visita a Berlín, como parte de su gira europea para reestructurar el pago de US$2.500 que Argentina le debe pagar en mayo al Club de París, y otros US$ 45.000 millones al fondo Monetario Internacional (FMI).

Si no era lo suficientemente claro en su exposición en su cuenta de twitter, Sante dijo: “¿Nuestros temas? ¡ Industria 4.0, pymes, startups, edu prof dual, renovables!” .

Tweet de Embajador Ulrich Sante

Guzmán dialogó con el secretario del Ministerio Federal de Finanzas, Wolfgang Schmidt "sobre el proceso de estabilización de la economía argentina y los avances en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Club de París, y las restricciones que enfrentan los países de ingresos medios para una recuperación económica sostenible en el contexto de la pandemia".

Luego de la reunión, Guzmán agradeció al Gobierno germano "por tan productiva jornada de trabajo en Alemania y por todo el apoyo de los últimos 16 meses en procesos internacionales clave para la estabilización macroeconómica de Argentina", consignó el Palacio de Hacienda a través de un comunicado.

El ministro de Economía será recibido mañana en el Vaticano por el Papa Francisco, y luego mantendrá, reuniones con empresarios y funcionarios italianos, en Roma. Francisco ha sido desde el inicio de la gestión Fernández un aliado clave para Argentina en la negociación con el FMI, a través de su vínculo con Kristalina Georgieva, titular del fondo.

Francisco, Kristalina y Guzmán, en febrero del 2020
Francisco, Kristalina y Guzmán, en febrero del 2020

Más allá de los inconvenientes financieros que traería caer en una nueva cesación de pagos, lo cierto es que Argentina ya ha estado en “default” con el Club de París desde la crisis de la Convertibilidad, en el 2001, hasta mayo del 2014, cuando el entonces ministro de Economía, Axel Kicillof, firmó un nuevo acuerdo. 

En esa oportunidad, el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner aceptó un plan de pagos por US$9.690 millones de los cuales, US$4.955 millones correspondieron al capital, otros US$1.102 millones en concepto de intereses y los restante US$3.633 millones a punitorios, es decir cargos que se agregan por no haber pagado a tiempo.  

Ahora, trascendió que si Argentina no paga los US$2.500 millones, deberá enfrentar intereses y punitorios por otros US$2.000 millones, según el acuerdo suscripto.