En diciembre de 2017 el Banco Central de la República Argentina (BCRA) puso en circulación el billete de 1000 pesos con la imagen del hornero, como parte de la cuarta moneda de la familia “animales autóctonos”. En ese momento, el dólar oficial se ubicaba por debajo de los 20 pesos.

Desde ese momento, el billete de mayor denominación en Argentina pasó de valer US$57 a tener un valor de apenas US$4,6 en la actualidad -tomando el dólar contado con liquidación (CCL)-, lo que significa que la moneda perdió 92% de su valor, según un informe de la Fundación Libertad y Progreso.

Para mostrar el impacto económico, desde la Fundación detallaron que la canasta básica familiar en noviembre de 2017 costaba $16.027, mientras que su valor a diciembre último fue de $76.146. Mientras que, para adquirir una canasta básica alimentaria, una familia tipo pasó de necesitar $6.568 en noviembre de 2017 a $32.964 en la actualidad.

A cuatro años de su lanzamiento, el billete de $1.000 perdió 92% de su valor en dólares

El informe también comparó lo que necesita un adulto que vive solo para comprar una canasta básica total, la cual pasó de $5.187 a $24.642, y la alimentaria de $2.125 a $10.668 en el mismo período.

En tanto, la Fundación resaltó que "el poder de compra del billete de $1.000 deflactado por el Índice de Precios al Consumidor, considerando la suba de 3,9% de enero, en poco más de 4 años el poder adquisitivo del billete cayó 83%".

“La pérdida del valor de nuestra moneda es la consecuencia de una política económica inconsistente. Para volver a crecer Argentina necesita bajar la inflación y para eso hay que revisar la política fiscal”, sostuvo el economista Eugenio Marí, quien advirtió: “Los niveles actuales de gasto público no son financiables y requieren de emisión monetaria sin respaldo que erosiona el valor de nuestra moneda”.

Señalaron, además, que si se quisiera tener un billete con un poder adquisitivo equivalente al de $1.000 cuando se emitió por primera vez, entonces la Casa de la Moneda debería imprimir un billete de $5.900.

A su vez, el economista Diego Piccardo explicó que “la pérdida de valor de los billetes argentinos es el fiel reflejo de la falta de una moneda sana. Naturalmente, se llegó a esta situación como consecuencia de la alta inflación que sufren los argentinos”.

“Si bien es cierto que los ciudadanos en mayor o menor medida se mal acostumbran a vivir con tasas de inflación altas, también es cierto que las distorsiones y costos económicos que genera son muy altos. El primer paso para solucionar el descontrol de precios es poner en orden las cuentas fiscales”, concluyó.