“Uno puede tomar cualquier acción en su vida, lo que no puede evitar son las consecuencias”, dice el sentido común. Algo de eso hay en la decisión del gobierno de Cristina Kirchner de haber expropiado, de forma incorrecta el 51% de las acciones de YPF que estaba en manos de la española Repsol, y no haberle hecho la misma oferta a otros accionistas.

El viernes pasado, la jueza norteamericana Loreta Preska dejó firme el fallo por YPF y fijó en US$ 16.099 millones la indemnización que el Gobierno argentino (este y el que venga) deberá pagarle al Fondo Burford por haber expropiado de manera indebida las acciones de YPF que pertenecían a la petrolera Repsol y al grupo Eskenazi.

Ante esta confirmación el estudio de abogados Sullivan & Cromwell, que representa al Estado argentino, le dijo a la magistrada “discrepa de que estas cifras de daños sean correctas y además no está de acuerdo con las sentencias” por lo que “se reserva todos sus derechos de apelación", que tiene un período de 30 días para realizar el pedido formal.

Lo cierto es que la apelación por si misma no garantiza un mejor resultado, es más, puede complicar aún más la situación argentina.

Es que la jueza Preska, en este litigio, dejó de lado cualquier responsabilidad de YPF, como empresa, en el proceso, pero si se abre una nueva instancia en un tribunal superior, esa cláusula se podría reabrir, y Burford, con una eventual sentencia a su favor, embargar bienes de la compañía, destacó el analista financier Sebastian Maril, quien hace más de seis años viene siguiendo este caso.

X de Sebastian Maril

Lo cierto es que tanto Cristina Kirchner como Axel Kicillof ya vivieron esta situación en el 2014 y 2015, cuando el juez Thomas Griessa falló en favor de tenedores de bonos que no entraron en los canjes de deuda del 2005 y 2010 y se quedaron con los títulos que estaban en en el 2002.

En esa oportunidad, el magistrado les dio la razón a los bonistas, algo que se podría haber resuelto si Argentina mantenía abierto el canje del 2010, y los trataba a la par de los que si habían aceptado el canje.

Tanto antes, como ahora, Argentina enfrentó un largo proceso judicial, el tribunal de segunda instancia falló en favor de los demandantes, y la causa, por no tener vicios procesales, fue rechazada por la Corte Suprema de los Estados Unidos. Y tanto antes como ahora, será el próximo gobierno que asuma esta deuda, además de los US$ 403.000 millones que tiene Argentina.

Lo bueno, si es que algo bueno hay en todo esto, es que el presidente Alberto Fernández había anticipado que el proceso de expropiación “nos va a costar un dineral” .

“Cuando yo decía ‘Cristina, el modo en que vos estás quedándote con YPF nos va a costar un dineral’, me decían que a mí me mandaba Repsol, pero yo no fui el que le pagó 13.000 millones de dólares al señor (Antonio) Brufau y lo convirtió al empresario del año en España, no fui yo, fue Cristina”, dijo el mandatario el 21 de noviembre de 2016 en el programa “Intratables”.