Daniel Marx habla pausado, como pensando cada palabra que va a decir y más allá de que la economía haya caído 13% en el primer semestre evita “dar títulos” o estimaciones. Sin embargo es firme en señalar que “no hay contradicción” en ir reduciendo el déficit fiscal y la recuperación económica.

Data Clave: La economía cayó 13% en el primer semestre ¿Qué se puede esperar de acá en adelante?

Daniel Marx: La caída fuerte que se registró a partir de fines de marzo ahora está marcando una tendencia a disminuir, siempre en términos interanuales. En lo que resta del año va a haber caídas, pero ya no de esas magnitudes. Claro que habrá que ver cómo se supera el tema de la pandemia. Después, creo que habrá tres etapas. Una primera que podríamos llamar de recuperación, que va a ser con diferencias tanto por sector como por regiones del país, después vendrá una segunda, de crecimiento, y la tercera, para hacer esto sostenible, tendría que ser la de desarrollo.

D.C: ¿La etapa de desarrollo es para el año que viene?

D.M: ¡Ojalá!, pero no lo creo. Hay que transitar primero las otras dos como para empezar a plantearnos esa tercera.

D.C: ¿Cuánto puede influir un futuro arreglo con el Fondo Monetario Internacional para esa recuperación?

D.M: El acuerdo con el Fondo puede servir debido a que Argentina tiene una deuda importante (N.R alrededor de US$ 44.000 millones) y el país, de alguna manera tiene que estar al corriente, porque eso le abre también el financiamiento de otros organismos multilaterales de crédito. Pero habrá que ver cómo el gobierno prepara su propio programa económico, monetario y fiscal, y lo discute con el Fondo. Será una transición compleja. La resolución de la deuda es un primer paso pero lo fundamental es que Argentina y su economía recuperen algún dinamismo que habían perdido antes de la pandemia. La crisis sanitaria tapó eso, nos metió en un problema superior, pero recordemos que llevamos varios años de recesión, falta de oportunidades, caídas en el poder adquisitivo, situaciones que nos están alejando frente al potencial que se puede desarrollar.

D.C: ¿Un fuerte recorte del déficit fiscal, como el que podría pedir el Fondo, no afectaría la recuperación de la economía argentina?

D.M: No veo que haya una contradicción en eso. Eso es una cuestión de que es primero si ‘el huevo o la gallina’. Yo creo que a medida que la economía se va recuperando, se va reduciendo el déficit fiscal y con eso, en el caso de Argentina, se hace más estable. Esta recuperación debe ser duradera en el tiempo y que no dependa solo del impulso fiscal, debido a la reducida posibilidad de financiamiento que tiene el Gobierno Nacional.

D.C: ¿Argentina se puede transformar en un país exportador cuando tiene el 70% de su PBI vinculado al consumo interno?

D.M: Eso es posible, pero es un proceso que no se hace de un día para el otro. Pero además, es algo importante, pero no lo único. La cuestión es que Argentina tiene que mejorar sus exportaciones, su perfil productivo, pero también tiene que estabilizar su propia economía. Hay países que tienen un superávit comercial importante para su nivel de economía, pero no termina de consolidar un crecimiento,  mientras que varios otros, en la medida que son competitivos, productivos, tienen un nivel más acotado de exportaciones pero eso les da una base para el crecimiento. Argentina no solo depende de la exportación de alimentos, es necesario que se transforme en un país que genere oportunidades, que no altere tan seguido sus contratos, que sea más previsible.