Los saltos en los dólares paralelos y los nuevos controles a las importaciones presionarán la inflación en los próximos meses, al menos esa es la visión del mercado. En tanto, Martín Guzmán coincide en que las expectativas de devaluación, que analiza es generada por la falta de reservas en el Banco Central, es la principal causa de la suba de precios. Para el ministro de Economía, la falta de consenso político en el Frente de Todos también empeora la posibilidad de anclar los pronósticos en línea con su programa económico.

El dólar blue saltó este lunes $6 y este martes opera en el récord nominal de $232, en el marco de los anuncios de un endurecimiento de las condiciones para importar. En tanto, la suba de paralelo acumuló $25 desde junio y la brecha con el mayorista llegó al 86%. La falta de divisas en el BCRA impacta en la decisión de las empresas sobre sus inversiones y sus patrimonios

Por su parte, los títulos en dólares anotaron este lunes nuevos mínimos históricos y el riesgo país argentino superó los 2.4300 puntos básicos. En ese contexto, los financieros, el MEP y el CCL, saltaban hasta $5 y operaban entre $238 y $242.

Ayer, Martín Guzmán deslizó su diagnóstico sobre la inflación en el que consideró que es ya “una costumbre histórica para Argentina”. El titular de Hacienda sostuvo que el Gobierno está construyendo las condiciones para atacar la suba de precios. Para ello afirmó que es central una política macroeconómica que fortalezca la consistencia y “que haya dólares en el BCRA”, algo que hoy no está sucediendo.

Allí operan muchos factores: mayores precios en los productos importados, en particular de la energía, la brecha cambiaria que incentiva una sobrefacturación de importaciones y retraso en la liquidación del agro por el mismo motivo. Ese por lo menos es el diagnóstico oficial, al que se le podría sumar mayor impulso fiscal en el primer semestre y las turbulencias cambiarias a las que ya acostumbra el país. En cuanto a la disponibilidad de dólares, Economía sostiene que a partir de octubre bajarán los niveles de importación de energía por una menor demanda y allí se podrán acumular más reservas.

En ese marco, Guzmán puso en el Presupuesto una expectativa de inflación acumulada de entre 52% y 62% para este año, previo al comienzo de las últimas turbulencias. En tanto, el REM arrojó que el mercado espera un piso de 72,6% durante 2022, aunque habrá que esperar al relevamiento de junio que saldrá en los próximos días para saber cómo se acomodan esas expectativas a un contexto más crudo.

Por su parte, el FMI advirtió que los riesgos del programa son “elevados” y que el apoyo al mismo "podría debilitarse antes de las elecciones de 2023, o incluso antes si no se aborda la persistente inflación”.

Las consultoras ya anticiparon que junio finalizará con un piso de inflación por arriba del 5%, sin mostrar una desaceleración en mayo como preveía el Ministerio de Economía. Julio tendría el impacto de la segunda vuelta de las tensiones cambiarias, pero también de la crisis del gasoil. Es que muchos productos que se transportan por las rutas argentinas ahora mostraron un encarecimiento de sus costos logísticos por el combustible paralelo que se vende en el interior.