La semana pasada el ministerio de Economía colocó otros siete títulos por los que obtuvo $ 227.132 millones con los que canceló los $189.034 millones que tenía de vencimiento.

Para eso debió pagar una tasa de 130% por el 16% de lo aceptado, y el otro 84% se repartió entre bonos que se ajustan por dólar, o por inflación.

Pero este miércoles, el ministro de Economía debe enfrentar vencimientos por $ 900.000 millones, y vuelve a la plaza financiera ofreciendo ocho bonos, entre los que se destaca un “Dual” pagadero el 30 de abril del año próximo, y por el cual los tenedores podrán elegir, al momento del cobro, si quieren que lo ajusten por inflación, o por la variación del dólar.

Junto a esto licitará una Letra de Liquidez exclusiva para Fondos Comunes de Inversión, con vencimiento el 19 de mayo. Luego, hay seis “instrumentos de deuda” que se ajustan por inflación o por la variación del del dólar, que no vencen más allá del 18 de septiembre.

La situación no es fácil. El banco de inversión J.P. Morgan, por ejemplo, publicó que la estrategia de “salir del paso” del Gobierno está seriamente condicionada porque “la sequía afectará la actividad económica, tanto directamente, a través del shock de oferta, como a través del endurecimiento de los controles de importación”.

Además de eso, “los desequilibrios macroeconómicos no hacen más que crecer, aumentando la probabilidad de un golpe financiero más significativo antes del ciclo electoral, a medida que el Gobierno agota sus opciones”, destacó el JP Morgan.

En este marco, el jueves, el viceministro de Economía Gabriel Rubinstein, el jefe de asesores Leonardo Madcur y el director del Indec y secretario de Asuntos Estratégicos, Marco Lavagna, viajarán a Washington para mantener conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y conseguir menores de exigencias de pago de deuda y de reducción de déficit fiscal, que este año tendría que ser no más de 1,9% del PBI, contra el 2,3% del año pasado.