Si bien la remontada había empezado casi imperceptiblemente a fines de abril tras tocar un piso anual el martes 20 de ese mes -en medio de los albores de la segunda ola de Covid-19- fue en el inicio de junio donde las acciones argentinas pusieron decididamente un pie en el acelerador a tal punto que coronaron su mejor semana en todo un año, sin quizás una razón contundente o excluyente que explique ese “renacer”.

Entre el lunes 31 de mayo y el viernes 4 de junio, el índice accionario líder S&P Merval de Bolsas y Mercados Argentinos (BYMA) subió un 11,8% (un 11% medido en dólares “contado con liqui”) y lideró el ranking bursátil global, superando incluso al mercado líder de la región, adonde pareciera que están apuntando los capitales internacionales dentro del segmento emergente: el Bovespa brasileño ganó en el mismo lapso 8,4% en dólares.

Ese impulso fuertemente alcista observado en la bolsa argentina fue encabezado por las acciones energéticas, muchas de las cuales aún valen menos del 10% de lo que llegaron cotizar en 2018, según datos de Cocos Capital. Los 5 mejores desempeños semanales de los papeles argentinos fueron de Transportadora de Gas del Norte (+27,9%); Central Puerto (+20,8%); Grupo Supervielle (+19%); Transportadora de Gas del Sur (+16,6%); e YPF (+16,5%).

El panel líder de BYMA acumuló un salto de casi 30% en dólares CCL en un mes y medio (desde el piso de 2021), pese a la crisis económica, sanitaria y social, y sin haber logrado el Gobierno siquiera un principio de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Club de París por la deuda que mantiene el país con esos organismos internacionales, más allá de la positiva gira por la UE del presidente Alberto Fernández.

Vale poner en perspectiva que, pese a este fuerte rebote, la bolsa argentina aún se ubica casi 80% por debajo del nivel que supo mostrar a comienzos de 2018. Desde allí, pasaron (varias) cosas: brutales devaluaciones del peso, inesperada derrota (por el mercado) del expresidente Macri en las PASO 2019 (a la siguiente jornada el S&P Merval sufrió una caída histórica de 48% en dólares); y, por supuesto, el "corona crash" de marzo de 2020. O sea, la bolsa local viene de transitar durante tres años consecutivos un bear market (o mercado bajista). “Más allá de este rebote, el S&P Merval sigue en niveles bajísimos. Actualmente se encuentra en niveles de u$s390, cuando el promedio de los últimos años es u$s700 (al dólar financiero de hoy)”, remarcó el economista Fernando Marull, director de FMyA.

Pero volviendo a la coyuntura, muchos analistas e inversores comenzaron a preguntarse esta semana: ¿qué fue lo que potenció realmente la recuperación de los golpeados activos locales (los bonos argentinos también se vieron favorecidos, pero en menor magnitud)?

Una primera aproximación sobre las causas que provocaron cierta euforia entre los papeles argentinos es que, como adelantamos al comienzo, no hay un solo factor que explique el hecho, sino varios, y de diversa procedencia geográfica.

En el plano internacional, los analistas destacan varios aspectos de un contexto favorable: bajas tasas de interés, el boom financiero en Brasil y una recalificación a mercado fronterizo. Vinculado al ámbito local, mencionan la recomposición del poder de fuego del Banco Central, el rumor de la prórroga del vencimiento con el Club de París y un escenario electoral que complicaría al oficialismo.

Factores globales

“Tasas cero” y un inédito programa de recompra de activos por parte de los grandes bancos centrales. Si bien la inflación está tomando temperatura en las economías desarrolladas, por ahora, los grandes bancos centrales confían en que se trata de un proceso “temporario”. “Aunque un movimiento sobre las tasas al alza sería esperable si la inflación se profundizara, la primera jugada debería venir por el lado de las compras de títulos”, comentan desde GMA Capital, pero aclaran que, como los datos económicos de EEUU aún no son contundentes, y “la economía no está lo suficientemente fuerte para que la Reserva Federal de EEUU dé marcha atrás con su programa de compra de bonos”. 

Así, sin cambios de fondo, “commodities, acciones y mercados emergentes mantienen el modo ´siga, siga´ para lograr nuevos máximos”, agregan. Para Roberto Drimer, socio de VatNet, el movimiento alcista del S&P Merval “pareciera ser una fase de un movimiento especulativo vinculado con la búsqueda internacional de alternativas de inversión en países emergentes vinculados con commodities por parte de ciertos inversores de magnitud”.

Fenómeno brasileño. A pesar de que la primera economía sudamericana sigue sufriendo los coletazos de la segunda ola de Covid-19, las expectativas sobre sus fundamentos viraron hacia el optimismo. Los datos de actividad sorprendieron la semana pasada para bien con un avance de 1,2% trimestral. “La mayor tasa de interés, sumado a las mejores perspectivas, envalentonaron el ingreso de capitales”, afirman en GMA Capital y remarcan que entre enero y abril ingresaron u$s12.700 millones por la cuenta financiera, el valor más alto en 3 años.

Una mala noticia, que no sería tan mala. El próximo martes la compañía MSCI revisará la conformación de sus índices, y Argentina tiene todos los boletos para bajar a categoría de “frontera” desde “emergente”, producto de los estrictos controles cambiarios.  Actualmente, Argentina tiene una ponderación ínfima (del 0,12%) en mercados emergentes, por lo que, de convertirse en fronterizo, su participación ascendería en torno al 10% dentro del nuevo grupo. Es decir, de pasar a ser el último de la “B”, pasaría a ser uno de los primeros en la “C”.

“El pase a frontera está totalmente descontado dado la continuidad de las restricciones. La cercanía del anuncio dio un impulso al mercado de acciones, ya que el país pasaría a tener una mayor participación en los nuevos índices de créditos con calificación frontera, que el que tiene actualmente como mercado emergente”, señaló Paula Gándara, head portfolio manager de AdCap Asset Management.

Factores locales

Mayor “poder de fuego” del BCRA para controlar el dólar financiero y la brecha. En mayo, el Banco Central aceleró el ritmo de compras netas a casi u$s2.100 millones, gracias a los mayores ingresos del agro, con commodities en precios récord, y la ayuda de las restricciones a la demanda. Así, las reservas netas subieron u$s1.700 millones, alcanzando un stock de u$s7.300 millones, mientras que en el cálculo bruto superaron esta semana los u$s42.000 millones, el mayor nivel desde septiembre pasado, previo a la corrida cambiaria. “Ganó “poder de fuego” para el desafiante segundo semestre, marcado las elecciones legislativas, menos dólares del agro y pagos de deuda (Club de París y FMI)”, señaló Marull.

Rumores de eventual prórroga con el Club de París

Mientras el presidente Fernández finalizaba su gira europea, a mediados de mayo, trascendió la información de que el Club de París estaba dispuesto a retrasar el pago de u$s2.400 millones que Argentina debió concretar el 31 de mayo, y que no lo hizo, más allá de que se inició un periodo de gracia de 60 días establecido de antemano. Si bien la renegociación con el Club de París parecía descartada, la situación podría cambiar si Argentina cumple con "ciertas condiciones", aunque todavía no trascendieron, de acuerdo a la agencia Bloomberg. No obstante, para acceder a la prórroga es necesario mostrar avances en la negociación con el FMI por un nuevo acuerdo que reemplace el programa Stand By de 2018. El acuerdo con el FMI, que “podría materializarse luego de las elecciones de noviembre, también contribuiría a superar el default técnico con el Club de París”, indicó Quantum Finanzas.

La apuesta del mercado: que el oficialismo se complique en las urnas. El último confinamiento habría sido el detonante del empeoramiento de la imagen presidencial por parte de la opinión pública, según GMA Capital. Un resultado electoral desfavorable para el oficialismo reduciría el riesgo de quórum propio en el Congreso, y, por ende, la posibilidad de manejar la agenda política de los próximos 2 años. “El deterioro de la imagen del Gobierno que surge de las encuestas, debilita sus perspectivas de éxito en las elecciones”, resaltaron en Quantum. Según una encuesta realizada por la Universidad de San Andrés, solo 26% de los entrevistados aprueban la gestión política, mientras que en abril de 2020 ese número ascendía a 67%. Por su parte, el Índice de Confianza de Gobierno de la Universidad Di Tella está 17% debajo del umbral de enero de 2020 y es 41% inferior al pico de abril del año pasado.