"La inflación alcanzó el nivel más alto (del año) en octubre, pero en noviembre ya está siendo menor, hay una reducción importante respecto de octubre", dijo el pasado jueves el ministro de Economía, Martín Guzmán, para sembrar esperanzas dentro del empresariado PyMe que se reunió en el congreso anual de Techint.

Está claro que la inflación del 3,8% de octubre, la mayor del año, es algo que no se quiere superar, pero lo cierto es que tampoco hay muchas razones para ser muy optimistas para los meses venideros, según las consultoras privadas.

El precio de la carne “está imparable; la última semana se vio un fuerte aumento en alimentos, esperábamos un 3,2 % para noviembre pero fue revisado a 3,5 a 3,7 %”, dijo Guido Lorenzo, director de LCG.

En la misma sintonía, desde la Fundación Capital, apuntaron a que “la inflación de noviembre se ubicará en torno al 3,8 %, en línea con el registro de octubre”.

“Los precios de los alimentos continuaron marcando importantes incrementos, destacándose particularmente la suba en la carne. Por su parte, el alza de los combustibles tanto a mediados de octubre (3,5%) como el 22 de noviembre (2,5%) impulsaron el registro del mes, e incluso dejaron un arrastre” para diciembre, destacó el “think tank” que dirige Martín Redrado.

En tanto, desde Ecolatina, su director, Lorenzo Sigaut Gravina, anticipó a Data Clave que “la inflación no bajará del 3% este último trimestre”.

La suba de precios “comenzó a acelerarse de la mano de las menores restricciones a la circulación, pero también la salida de varios productos del programa de precios máximos, así como el ajuste de algunos precios Regulados, como combustibles y prepagas".

“Es lógico que, tras un período de congelamiento, la inflación se acelere puesto que en el pasado la suba de precios fue menor gracias a dicha medida, pero mantenerlo fijos no se puede sostener por mucho tiempo", dijo Sigaut Gravina.

Advirtió que en los meses próximos “la clave para que la inflación vuelva a desacelerarse pasa por estabilizar el frente cambiario: pero las escasas reservas netas y la elevada brecha muestran que la probabilidad de un salto cambiario no es despreciable".

Mientras tanto, Guzmán destaca en distintos foros que este año, la inflación será “20 puntos menos que la del año pasado” cuando alcanzó al 53,5%. Sin embargo, todas las consultoras apuntan a que eso se logró por el congelamiento de tarifas, acuerdos de precios, y salarios que se mantuvieron casi inamovibles por la pandemia.

Además, el Gobierno postergó hasta marzo el aumento de tarifas de servicios públicos, mientras busca un método para definir cómo aumentará el boleto del transporte público, y las tarifas de otros servicios, como la internet y la medicina prepaga.

El efecto de la emisión impactará en el 2021. “La inflación va a subir por los pesos emitidos. Algo se podrá absorber pero no todo”, consideró Javier Merino, del Centro de Estudios Económicos de Bodegas de Argentina. En este marco, Torino Economics, estimó que a inflación rondará el 46%, mientras que para LCG llegará al menos al 55% anual.