Durante el primer debate presidencial, el tema de la dolarización de la economía tantas veces anunciado por Javier Milei pasó casi inadvertido, mientras que el ministro de Economía, Sergio Massa, pudo meter una novedad con el anuncio de la creación de la Moneda Digital Argentina y un nuevo blanqueo de capitales.

En los dos minutos que el candidato de Unión por la Patria (UxP) dispuso para hablar sobre economía, primero pidió perdón por la altísima inflación, dijo que uno de los problemas centrales de la Argentina es la falta de dólares y luego explicó cuáles son las herramientas que piensa utilizar en caso de ser presidente.

“Tengo claro que la inflación es un enorme problema de la Argentina. También tengo claro que los errores de este Gobierno lastimaron a la gente y por ellos, aunque no era parte hasta asumir como Ministro de Economía, pido disculpas. Tengo claro además que Argentina tiene una enorme dificultad porque saca más dólares del país de los que trae, porque tiene parte de su economía en negro y porque además tiene problemas en el sistema tributario que limitan el desarrollo”, arrancó Massa.

Hoy te quiero contar cómo los vamos a resolver. En primer lugar, vamos a poner en marcha la moneda digital argentina. Así como tus hijos plantean en su economía de plataforma la posibilidad de comerciar con el celular o con la tarjeta, lo vamos a hacer de manera global para toda la Argentina, acompañada de una ley de blanqueo que nos permita que aquellos que tienen dinero en el exterior lo puedan traer y usar libremente sin nuevos impuestos”, explicó.

Luego prometió “subir las penas de lo que es la penal cambiaria y la penal tributaria. Cárcel a evasores, cárcel a los que fugan, para que los que pagan impuestos no sean los tontos de la película”.

Luego dijo que quienes usan la moneda digital se van a beneficiar con una “reducción de impuestos” y aseguró se trata de “un modelo que han usado 100 países y que junto con la rediscusión con el Fondo Monetario Internacional (FMI) del programa nos va a permitir dejar de ser mendigos para ser un país soberano”.

Justamente, una publicación del FMI, en la página oficial del organismo, hace un año, sostiene que “el dinero está hoy a punto de sufrir una transformación que podría reconfigurar la banca, las finanzas e incluso la estructura de la sociedad. En particular, la era del dinero físico, es decir el dinero en efectivo, está llegando a su fin, incluso en los países de ingreso medio y bajo. Comienza la era de las monedas digitales”.

“En un comienzo, se esperaba que el surgimiento de las criptomonedas, como el bitcoin, revolucionara los pagos. Las criptomonedas no dependen del dinero en los bancos centrales o de intermediarios de confianza, tales como los bancos y las empresas de tarjetas de crédito, para realizar operaciones, lo que elimina las ineficiencias y los costos adicionales de estos intermediarios. Sin embargo, la volatilidad de sus precios y las limitaciones en cuanto a volúmenes de operaciones y plazos de procesamiento las vuelve ineficaces como medios de intercambio”, advierte el FMI.

Por eso explica que “han surgido nuevas formas de criptomonedas, denominadas monedas estables, que cobraron impulso como medio de pago. Irónicamente, la estabilidad de estas monedas surge del respaldo que reciben de las reservas de dinero de bancos centrales y de los títulos públicos”.

Ante ese panorama, “los bancos centrales están evaluando la emisión de formas digitales de dinero para pagos minoristas: las monedas digitales de bancos centrales (MDBC). Los motivos incluyen desde ampliar la inclusión financiera (al dar acceso rápido a un sistema de pago digital gratuito incluso a quienes carecen de una cuenta bancaria) hasta aumentar la eficiencia y la estabilidad de los sistemas de pagos con la creación de una opción pública de pago como salvaguardia (función que actualmente desempeña el efectivo)”.

Los beneficios de las MBDC son que se obstaculizarían “las actividades ilegales como venta de drogas, lavado de dinero y financiamiento del terrorismo que se apoyan en operaciones anónimas en efectivo. Aumentaría la formalización de la actividad económica informal, dificultando así la evasión de impuestos. Las pequeñas empresas se beneficiarían de los costos de transacción más bajos y evitarían las molestias y los riesgos de manipular efectivo”.

Queda claro que en un contexto de alta inflación como vive la Argentina, la impresión de papel moneda y el traslado de de efectivo se convierte cada vez más en una cuestión de logística más complicada por el volumen, lo que lleva a su vez a la creación de billetes de más alta denominación.

También es cierto que con la existencia de una moneda digital de curso legal, se torna cada vez más difícil la evasión o la no entrega de facturas o ticketes en los pagos cotidianos de las transacciones comerciales. El uso de billeteras digitales o los pagos con tarjetas de débito para obtener la devolución del IVA, también van en esa línea.

Sin embargo, esta mañana, las fuentes habituales consultadas por Data Clave cercanas al ministro Massa no quisieron dar detalles de los dos anuncios realizados por el ministro y candidato en la noche de Santiago del Estero. Habrá que esperar.