En un país de odiadores, donde Messi es un fracasado cuando no hace goles en la selección o no gana un campeonato, el Ministro de Economía Guzmán tuvo que soportar que lo calificaran de “El pasante”. En un claro desprecio a la formación, y al trabajo duro, que es necesario para progresar y que el argentino medio no profesa. Por eso hoy, quiero arrancar por acá. Por levantar una lanza a favor de la educación y la formación, que en mi opinión se vio reflejada, en un buen trabajo en los prospectos de la negociación y en una clara estrategia que hoy permite tener a todos los acreedores agrupados para llegar a un final feliz. Es algo que debe destacarse de la negociación, que tuvo detrás un trabajo duro y a conciencia, más allá de que algunos dirán que se demoró demasiado. 

La propuesta de oferta de canje comenzaba en Abril, con 43 dólares de valor presente neto bajo un supuesto de exit yield del 10% propuestos por argentina y una posición muy dura para arrancar. Luego, en Julio, Argentina oyendo la negativa de los acreedores a su oferta inicial, mejoró radicalmente la misma. Está claro que los acreedores también tenían su estrategia y se paraban firmes en 60 dólares.

El acuerdo llega, como era de esperar, en un punto intermedia, cerca de los 54 dólares y luce a las claras positivo para Argentina, que bajará su riesgo país, y para los acreedores que evitarán 15 años de juicios en Nueva York. 

Y el mercado, lo refleja en sus cotizaciones, quebrando al alza la tendencia bajista que comenzó en 2018 cuando Argentina puso equivocadamente un impuesto más, esta vez a la renta financiera, pensando que, poner impuestos a la inversión, sería una solución para el crónico e insostenible déficit fiscal del país.

Este impuesto vino como casi como un castigo a los 250 mil millones de dólares de quienes habían elegido entrar al blanqueo y generó una nueva salida masiva de inversores de Argentina. Sólo hizo subir la tasa, el riesgo y esto empeoró cuando la Reserva Federal aceleró en 2018 su política contractiva. Los inversores se iban de los mercados emergentes, pero principalmente de aquellos con variables económicas más débiles y que no mostraban un buen rumbo como Argentina y Turquía. 

Argentina accedía ese año a la asistencia del Fondo Monetario Internacional para contener la crisis, pero se desata una nueva crisis de confianza que paraliza la inversión del empresariado Argentino. La crisis de los cuadernos frenó todos los proyectos de inversión público-privada e hizo que el Merval quebrara a la baja sus soportes en una continuidad bajista, contrario a lo que el reingreso a la categoría de economía emergente hubiera indicado.

Finalmente, el cisne negro de las elecciones PASO en Agosto 2019, que definió sorpresivamente las elecciones generales de manera anticipada, dejando fuera de competencia para Octubre al candidato que en ese momento prefería el mercado. Lo que sucedió después fue una aceleración de la crisis de confianza, con Argentinos intentando dolarizarse a toda costa. Y el Estado Argentino poniendo cepos a la compra de dólares y entrando en un “default virtual” de su deuda que luego se convertiría en un “default real”. 


El acuerdo para canjear la deuda en default es una excelente noticia y nos da un impulso importante que nos saca de la tendencia bajista. Es una condición necesaria, aunque no suficiente para empezar a construir las reformas que Argentina necesita para recuperar los 1879 puntos del Merval en dólares.

Sabemos que nos falta un montón como país y cometemos errores de una nación joven, que en la actualidad están agravados por un contexto de pandemia que traerá efectos aún impredecibles. Pero hoy, tenemos una oportunidad por delante. Hoy, prefiero poner el foco en la esperanza que me da este detalle del análisis técnico, se quiebra al alza una tendencia bajista que nos deprimía cada vez más. Es tiempo de aprovechar el envión, y acompañar la buena noticia con medidas económicas que den sustento a la recuperación de la economía en 2021. Argentina, es por acá...