En las últimas horas se conoció un nuevo récord en el marco de una subasta artística. Y el protagonista es ni más ni menos que un argentino. Se trata del empresario Eduardo Costantini, quien fue noticia por pagar casi 35 millones de dólares por una obra de Frida Kahlo. El autorretrato “Diego y yo” fue subastado por la casa de remates Sotheby’s en Nueva York.

El monto pagado por quien es el fundador del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA), fue de 34,9 millones de dólares y marcó este martes un precio récord para una obra de un artista latinoamericano. El dato es que cuadruplicó además el anterior máximo histórico de la propia pintora mexicana de 8 millones de dólares logrado en 2016.

El cuadro tendrá destino en el museo, como parte de la apuesta de Costantini para que el MALBA tenga la colección más importante de arte latinoamericano y siga siendo un ícono en el mundo.

El récord anterior para una subasta era justamente una obra de la pareja de Frida, “Los Rivales” de 1932, que en 2018 fue vendido por la casa Christie’s por 9,8 millones de dólares.

Cabe recordar que Costantini había adquirido (pero en una venta privada) en 2016 “Baile en Tehuantepec”, una pintura de Diego Rivera por la que pagó 15,7 millones de dólares, y a la cual definió como “la obra más importante” que compró “a posteriori del nacimiento del Malba”.

Costantini pagó casi u$s 35millones por un Frida Kahlo y marcó un nuevo récord para el arte latinoamericano


La pintura del récord: “Diego y yo”

En cuanto a la obra, es de pequeñas dimensiones -30 centímetros de alto y 22,4 de ancho- y se trata de un autorretrato en primer plano de Kahlo pintado en 1949 por la artista antes de su muerte. En la pintura se puede leer una dedicatoria a unos amigos de ella: “Para Florence y Sam con el cariño de Frida”.

La obra evoca la tormentosa relación entre Kahlo y Rivera, que aparece dibujado sobre la frente de la mexicana y que a su vez tiene un tercer ojo, un elemento con el que trata de representar la continua presencia de su marido en su mente. Además, la artista expresa un gesto de sufrimiento con unas lágrimas que caen por su rostro.

La pintura ya había hecho historia la última vez que salió a subasta, en 1990, al venderse por 1,4 millones de dólares, lo que supuso la primera vez que se superó en una puja el millón de dólares por una obra de un artista latinoamericano.

Con respecto a Kahlo, Costantini explicó que “fue una artista que no solamente su vida personal es dramática, sino que su biografía la hace a través de la pintura y eso es único. Sus autorretratos, todo, ya de por sí tienen un sello, una creatividad enorme. Además de ser un artista técnicamente excelente, el carisma que pone en la tela, no es una cosa mecánica y a su vez cuenta la historia de ella con el dramatismo que todos conocemos. Está todo a flor de piel”.