Pasaron ya 24 horas desde que la Sala IV de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional ordenó la detención de Aníbal Lotocki en uno de los desprendimientos de causas que hay en su contra. La decisión fue inesperada porque se dio un día después de que ese mismo tribunal confirmara su procesamiento por homicidio con dolo eventual pero sin una prisión preventiva.

El fallo tomó por sorpresa al médico, que de todas formas había recibido cuestionamientos por sus mudanzas en las últimas semanas. Ese fue uno de los argumentos que los camaristas usaron en su contra ayer. No obstante esto, Lotocki decidió tirar una moneda judicial para ver si podía evitar una detención: un habeas corpus que recayó en el despacho del juez provincial Juan Pablo Masi.

En el documento al que accedió Data Clave, el magistrado repasó los argumentos del falso cirujano, donde aseguró que sentía “amenazada su libertad” y que desde hace diez días estaba viviendo en La Plata “debiendo contratar un abogado local para que se presente ante los estrados judiciales para que exprese su preocupación respecto a una posible y eventual detención sobre su persona”.

Dentro de lo que dijo Lotocki, aseguró que no sabía si era real la orden de detención y puntualizó en “la gravedad” de que se haya enterado vía los medios de comunicación.

No obstante, el juez Masi rechazó sus postulados. “El derecho a la libertad, constitucionalmente resguardado, encuentra su límite en las resoluciones judiciales que -sin poder ser tachadas de arbitrariedad- disponen lo contrario”, aseguró y detalló que habló con el juez Luis Schlegel, a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 60, que fue el que procesó a Lotocki por el homicidio de Cristian Zárate, que le remitió las resoluciones que se dictaron, entre ellas, la detención firmada por la Cámara de Apelaciones.

“Claro está que para la ejecutoriedad de la orden de detención no resulta necesario el conocimiento previo y mucho menos la anuencia del destinatario de la orden, con lo cual el desconocimiento arguido carece de relevancia”, indicó el juez provincial.

“Necesario colofón de lo anterior resulta ser que la orden de detención que restringe la libertad ambulatoria del peticionante no resulta prima facie ilegal ni arbitraria, sino que ha sido dictada por un Magistrado del Poder Judicial de la Nación en una causa sometida a su conocimiento”, concluyó. Con eso resuelto, el magistrado Masi rechazó el habeas, dispuso el traslado y Lotocki llegó a la sede Madariaga de la Policía Federal Argentina. Su futuro será dentro del Servicio Penitenciario Federal, probablemente en la cárcel de Ezeiza.

¿Qué pasa con las causas?

Tanto la orden de detención como la confirmación del procesamiento dictado en la causa Zárate serán temas que la defensa llevará a la Cámara Nacional de Casación.

Es en esa instancia donde se encuentra en revisión la condena a cuatro años de prisión por lesiones. “Tengo por acreditado que Aníbal Rubén Lotocki, realizó intervenciones quirúrgicas a Silvina Luna, Stefania Xípokitakis ,Gabriela Trenchi y Pamela Sosa, colocándoles en su cuerpo un producto de relleno del cual sólo se sabe que contenía microesferas de PolimetilMetacrilato, en zonas y cantidad no aconsejadas, produciéndoles con ello lesiones, al generarles granulomas. El reproche penal consiste en tener por probado que, dolosamente, calló u ocultó intencionalmente lo que era su obligación informar. No les advirtió que en las intervenciones quirúrgicas que iba a efectuar con PMMA, se podían generar granulomas y las consecuencias aún más lesivas que ello podía traer aparejado para las cuatro pacientes”, dijo el juez Carlos Rengel Mirat en la sentencia dictada en febrero de 2022. Casación aún no hizo la audiencia previa a resolver si confirma o no el fallo. 

Por otra parte, la causa Zárate se acerca a otras indagatorias, que involucrarán a médicos, anestesista y dueña de la Clínica CEMECO donde fue operada la víctima. Probablemente, recién cuando se resuelva eso, el expediente sea elevado a juicio.

En otra instancia muy distinta están las denuncias por la muerte de Mariano Caprarola, las consecuencias sufridas por Raphael Dufort post cirugía y las lesiones de Claudia Alejandra Leguizamón. Al contrario de la situación Zárate, ninguno de esos tres tramos cuenta aún con material que permita, siquiera, pensar en una indagatoria a Lotocki.