De cara a las fiestas navideñas, diversos países de Europa se blindan con medidas restrictivas para enfrentar la cuarta ola de covid-19 con la llegada de la variante Ómicron, originada en Sudáfrica.

Según el último informe semanal de la agencia sanitaria de la UE, la situación epidemiológica del bloque comunitario se caracteriza por un número de casos elevado, que se incrementa rápido, y una tasa de mortalidad en lento aumento.

"Una acción contundente y urgente ahora nos ayudará a mantener los niveles de transmisión bajos, a aliviar la carga sobre el sistema sanitario y mantener a las personas vulnerables seguras durante las vacaciones", ha expresado esta semana la directora del ECDC, Andrea Ammon, a los ministros de Sanidad de los países de la Unión Europea.

La situación es de "preocupación alta o muy alta", en particular en las partes occidentales y septentrionales, lo que se debe, indican, "en gran medida a la alta transmisibilidad de la variante delta, que ha limitado la reducción de la transmisión lograda por el despliegue de la vacunación", recopiló el sitio Diario Ar.

Los principales países europeos se blindaron de cara a navidad, a pesar de contar con vacunas y asumiendo las consecuencias de un fuerte enojo popular de la población no inmunizada. Esta semana, Francia ha decidido nuevas restricciones ante la suba de casos, entre ellas el cierre de discotecas hasta el 6 de enero. "El virus circula mucho entre los jóvenes, incluso los vacunados, porque llevar mascarilla es muy difícil en estos establecimientos. También lo hacemos para ser coherentes con el mensaje general de precaución", ha dicho el primer ministro Jean Castex.

A su vez, en los eventos festivos al aire libre, como los mercados navideños, muy populares en algunas regiones galas, será necesario el "pase sanitario" que ya se usa en múltiples lugares públicos del país.

Las autoridades también recomiendan a las empresas que instauren entre dos y tres días de teletrabajo a la semana. "Mi mensaje es muy sencillo: hasta final de año, levantamos el pie del acelerador, nos detenemos, nos protegemos y protegemos nuestra capacidad de disfrutar de la Navidad", agregó Castex.

Uno de los casos más paradigmáticos en Europa es el de Alemania, con picos de más de 70 mil contagios y con serias complicaciones para poder darle a todos los ciudadanos una cama de terapia intensiva, en caso de que lo requieran. Ángela Merkel, la canciller en salida, ya había trabajado en la conformación de un pase sanitario para evitar que los no vacunados puedan acceder a la vida diaria.

El gobierno de Portugal, donde la mayoría de las reglas habían decaído el 1 de octubre, aprobó nuevas medidas el mes pasado para intentar controlar la subida de infecciones. Se han recuperado el certificado digital obligatorio para entrar muchos espacios y las mascarillas en todos los espacios cerrados. Pasadas las festividades de año ñuevo, entre el 2 y el 9 de enero, habrá lo que se ha denominado como una "semana de contención de contactos" en la que el teletrabajo será obligatorio y los bares y las discotecas estarán cerrados.

Italia ha decidido reforzar el uso del certificado sanitario para restringir el acceso a una serie de lugares entre el 6 de diciembre y hasta el 15 de enero. Ese pase sanitario le prohíbe a los no vacunados disfrutar de cines, teatros, restaurantes y eventos deportivos.

Dinamarca, al igual que Francia, ha cerrado las discotecas desde este viernes y ha decidido adelantar una semana las vacaciones escolares a los alumnos de primaria para intentar frenar la propagación del virus, que han alcanzado niveles récord en el país nórdico.

Por último, en Gran Bretaña también anunciaron medidas, sobre todo por la llegada de la variante Ómicron. A partir de la semana que viene, los ciudadanos de Inglaterra deben trabajar desde  sus casas siempre que puedan hacerlo y se impone la presentación de un pasaporte de vacunación para acceder a discotecas y espectáculos masivos.