La guerra que desató la invasión rusa a Ucrania parece estar lejos de terminar. En ese marco, al menos seis personas murieron en un bombardeo en un centro comercial de Kiev entre la noche del domingo y la madrugada del lunes, en momentos en que las fuerzas de Putin intentan rodear la capital ucraniana en el vigésimo sexto día de la invasión.

En tanto, seis cuerpos yacían hoy fuera del centro comercial Retroville, en el noroeste de Kiev, según constató un periodista de la agencia de noticias AFP. El lugar fue alcanzado por una fuerte bomba que pulverizó los vehículos estacionados en el lugar y dejó un cráter abierto de varios metros de largo frente al edificio de diez pisos, que quedó carbonizado.

Toda la parte sur del centro comercial quedó destruida, al igual que un gimnasio en el estacionamiento, añadió el reporte en el lugar de la agencia noticiosa francesa. Bomberos y militares buscaban esta mañana otras víctimas entre los escombros.

Previamente, por la noche, los servicios de emergencia indicaron que "tiros enemigos" habían provocado un incendio en varios pisos del centro comercial, en el distrito de Podilski. Los mismos publicaron imágenes de una cámara de vigilancia que mostraba una enorme explosión y una nube en forma de hongo, seguida de una serie de deflagraciones menores.

Además, los bomberos sacaron de los escombros del edificio a al menos un hombre cubierto de polvo, según las imágenes de video publicadas por los servicios de rescate.

Los residentes de un edificio de apartamentos cercano, cuyas ventanas volaron por la explosión, dijeron que vieron un lanzacohetes móvil cerca del centro comercial varios días antes. Una enorme deflagración sacudió la ciudad durante el ataque, según periodistas de AFP.

Kiev ha sido blanco de numerosos ataques la semana pasada, incluyendo uno ayer contra un edificio residencial que dejó cinco heridos. Por su parte, el presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, dijo que 7.295 ucranianos fueron evacuados de las zonas de combate ayer, incluidos casi 4.000 de Mariupol.

Mientras, desde que comenzó la guerra se estima que casi 3,5 millones de ucranianos abandonaron el país, la mayoría hacia el oeste.

Hasta el viernes último la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) llevaba certificadas 2.246 bajas civiles en el país, incluidos 847 muertos y 1.399 heridos.

Funcionarios ucranianos dicen que miles de civiles han muerto. La oficina del Fiscal General de Ucrania informó el sábado que 112 niños han muerto desde que comenzaron los combates, y otros 140 han resultado heridos.

Por otro lado, el progreso en las conversaciones entre Rusia y Ucrania aún es insuficiente para hablar de una reunión entre los presidentes ruso y ucraniano, Vladimir Putin y Volodomir Zelenski, declaró este lunes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en disidencia con lo expuesto ayer por el canciller turco, Mevlut Cavusoglu, quien habló de avances en "temas significativos" del conflicto.

"Hasta ahora no hay ningún progreso sustancial; no hay acuerdos, los presidentes no tienen nada que constatar", dijo el vocero en una rueda de prensa cuando le preguntaron en qué fase están las conversaciones en el contexto de una posible reunión entre Putin y Zelenski.

Peskov explicó que para hablar de ese encuentro "primero se necesitaría llevar a cabo una labor preparatoria, celebrar las conversaciones (entre las delegaciones rusa y ucraniana) y analizar sus resultados", reprodujo la agencia de noticias rusa Sputnik.

El comentario del portavoz oficial se conoció en la misma jornada en la que el Gobierno de Ucrania rechazó un ultimátum de las fuerzas militares rusas para que entregara la asediada ciudad portuaria de Mariupol a cambio de la puesta en marcha de corredores humanitarios seguros que permitan salvar la vida de decenas de miles de civiles.