Un ataque ruso provocó un incendio en la planta nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, ubicada en el sureste de Ucrania. Según el Servicio Estatal de Emergencias del país, no hay víctimas y los bomberos ya han logrado apagar las llamas en el complejo.

"Es la primera vez que un conflicto militar está sucediendo en medio de instalaciones de un programa nuclear vasto y establecido", dijo el director general del organismo de control nuclear, Rafael Grossi. 

A primera hora de este viernes, las autoridades locales aseguraron que las tropas rusas controlan las instalaciones nucleares. Esta madrugada, el presidente Volodímir Zelenski acusó a Moscú de “terrorismo nuclear” y de querer “repetir Chernóbil”.

A raíz del incidente, el mandatario mantuvo una conversación telefónica con el jefe de la Casa Blanca Joe Biden, así como con el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson. “Estas acciones del presidente Putin amenazan ahora directamente la seguridad de toda Europa”, advirtió el británico en un comunicado.

El Organismo Internacional para la Energía Atómica, agencia que pertenece a la ONU, alertó de un “grave peligro” en caso de que el reactor haya resultado afectado por las llamas, aunque aseguró que los ucranianos han confirmado que no hay equipos “esenciales” dañados en el complejo.

Mientras tanto, las tropas rusas continúan su ofensiva en varias de las principales ciudades de Ucrania como Kiev, Járkov (al noreste del país) y Mariupol (sureste), tras nueve días de escalada bélica. El jueves, la segunda reunión bilateral entre Rusia y Ucrania terminó con el compromiso de abrir un corredor humanitario “para la salida de civiles”. También ayer, la Unión Europea activó una directiva que permitirá la entrada ilimitada de refugiados que huyen de una catástrofe en territorio comunitario: en Ucrania son ya más de un millón.