Si hay algo que no se puede decir hoy es que Argentina transita un momento de escasez de dólares. Quien no tiene dólares hoy es el Banco Central que vive una sangría permanente de reservas. Las medidas adoptadas tienen el noble objetivo de intentar evitar la devaluación brusca que resultaría de una estrategia de flotación cambiaria libre, cuyo efecto sería una espiral de precios que impactaría sobre una población ya castigada y que ya evidencia a no menos de un 50% bajo la línea de pobreza.

Son probablemente tardías ya que el nivel de reservas netas ha sido menguado al extremo y ciertamente el control estricto sobre el ingreso y egreso de divisas debió haber sido una rutina desde el comienzo de la gestión. Es sabido que sin control estricto sobre el dólar, es difícil gobernar la economía argentina.

Decimos que Argentina tiene dólares ya que terminó el 2019 con un saldo de unos 15.900 millones de dólares y este año se proyecta cercano a los 17.000 millones. Por ende dólares hay. En este marco corresponde decir que los dólares que la Argentina acumulara en el 2019 se fueron en concepto de pagos de deuda y fuga de capitales. Distinto es el caso de lo que está ocurriendo en el 2020. Pese a la presentación mediática del tema, que ubica al dólar ahorro en la picota de la responsabilidad sobre lo que está ocurriendo, es conveniente aclarar que la fuga de capitales o el atesoramiento en divisas no ha sido este año el problema.

Fuente: elaboración propia en base al BCRA.
Fuente: elaboración propia en base al BCRA.

Como muestra el cuadro que aquí presentamos por este concepto solo salieron entre Enero y Julio 1826 millones de dólares. Más allá de que el denominado PURE haya agravado las cosas el punto nodal es otro. El INDEC muestra que las exportaciones correspondientes al año 2020 entre Enero y Julio ascendieron a 32.291 millones de dólares. A la vez las importaciones se ubicaron en 22.718 millones. Es decir, en 7 meses Argentina acumuló 9.563 millones de dólares.

Sin embargo, al observar el Balance Cambiario del Banco Central nos muestra exportaciones por US$29.024 millones e importaciones por US$22.326 millones. Es decir, que para el mismo período el BCRA solo muestra un saldo positivo de US$6.698 millones. O sea US$2865 millones menos que se explican centralmente por qué los exportadores liquidaron US$3267 millones menos que los que deberían haber liquidado.

Es extraño que entre las medidas adoptadas no haya ninguna definición que implique discutir este punto. En segundo lugar el balance de pagos entre Enero y Julio nos marca que el otro gran tema en el consumo de divisas ha sido el pago de deuda por intereses y capital tanto pública como privada. El Cuadro que presentamos dice que se fueron 4789 millones de dólares por intereses y que se canceló capital por 4276 millones de dólares. Es decir 9065 millones de dólares se lo llevo el endeudamiento.

En este punto pueden hacerse dos consideraciones. ¿Qué sentido tuvo haber pagado mientras se negociaba la reestructuración de la deuda? No era más lógico mantener suspendidos los pagos que ya había suspendido Mauricio Macri. La estrategia de amigabilidad con los acreedores que suponía que reestructurando de manera amigable las expectativas de estos agentes se orientarían en dirección por ejemplo a la reducción de la brecha entre el dólar oficial y los restantes no ocurrió.

Es más, en el día de la fecha los bonos argentinos fueron castigados frente al anuncio de las recientes medidas. En segundo lugar, ¿no habría que haber revisado adecuadamente los pagos por deuda privada que en este tiempo se realizaron?

Sobre este punto las medidas si plantean una restricción para la cancelación de deudas privadas induciendo el uso de dólares propios o la reestructuración de las mismas. Por ende, el mito de la falta de dólares no se aplica en el presente contexto. Y en segundo lugar el tema no ha sido el dolar ahorro. Ha sido el consumo de dólares por deuda pública y privada 9065 millones de dólares) y lo que no liquidaron los exportadores (3267 millones de dólares). Por estos conceptos se fueron 12.332 millones de dólares. Por la fuga  apenas salieron 1826 millones.