Desde IEB vemos que hay espacio para que el gobierno mejore la oferta a los bonistas generando un leve impacto financiero. Luego de más de 8 meses de iniciado el actual gobierno y habiéndose superado el plazo original de cierre de la negociación en casi 4 meses, consideramos que sería un fracaso evitable, no poder cerrar un acuerdo sin “holdouts”. Las partes se han acercado considerablemente y la actual coyuntura presenta una serie de desequilibrios macroeconómicos generados por la pandemia, que sin un acuerdo exitoso serían más complejos de resolver.

Tan cerca pero tan lejos

Desde la propuesta original, hasta la última enmienda, el gobierno ha ofrecido una mejora de USD 19.142 millones. La contrapropuesta de los bonistas, exigiría un esfuerzo adicional de USD 2.818 millones suponiendo que los títulos jurisdicción argentina reciben la misma mejora.

Desde un punto de vista técnico financiero resulta difícil de entender que no se pueda cerrar el acuerdo, dado que dicha diferencia es a pagar en 25 años. En términos de un año, el esfuerzo sería de USD 113 millones, un 0,13% del gasto primario de 2020.

Comparación de propuesta en millones de dólares.
Comparación de propuesta en millones de dólares.

Las partes se endurecen

El lunes 27, el grupo de acreedores envió un comunicado al Ministerio de Economía exponiendo que han sumado adeptos a su grupo, pasando sus tenencias de 37% del total de la deuda a 52%. De esta manera, el grupo habría obtenido capacidad de bloqueo sobre el canje y sostuvo su contraoferta valuada en un VPN de USD 56,5.

En la vereda de enfrente, el Ministro Martín Guzmán se refirió al canje el martes en Bloomberg TV exponiendo que la mejora económica (USD 53 de VPN) está en su "punto máximo", pero están dispuestos a otorgar mejoras legales. Por otro lado, el mismo Presidente Alberto Fernández, enunció también que no postergarán a los argentinos para pagar una deuda que no pueden pagar haciendo alusión a que la oferta financiera no se mueve.

En resumen, ambas partes de la negociación se muestran inflexibles con sus propuestas económicas y una extensión del plazo de la oferta para continuar negociando parece ser hoy el escenario más optimista.

Una contribución

Desde IEB, entendemos que pueda haberse generado un cansancio en las negociaciones, así como también que ninguna de las partes quiera quedar como la que cede ante la otra.

Por lo tanto, sugerimos tres alternativas que entendemos podrían hacer llegar a las partes a un punto común y que podrían ser interpretadas como “políticamente correctas”.

1. Cambiar los meses de pago de cupón de la enmienda por los de la propuesta de los acreedores. Significaría pagar los cupones en enero y julio de cada año en lugar de marzo y septiembre. Aumenta el VPN a USD 54,2 y no varía el sendero de pagos

2. Modificar el cupón del bono a entregar por los intereses corridos haciéndolo idéntico al solicitado por los acreedores . El cupón pasaría de 1% a 4.9% (tasa del préstamo del FMI). Aumenta el VPN a USD 54 y los pagos en USD 1500 MM entre 2020 y 2030 incluyendo bonos ley local.

3. Juntar los dos cambios (1 + 2). Es decir, modificar los meses de pago de cupón y el cupón del bono a entregar por los intereses corridos. Aumento del VPN a USD 55,1 y del sendero de pagos en USD 1.500 MM incluyendo ley local a pagarse entre 2020 y 2030.