Pocos días antes de iniciarse aquella cuarentena que nos mantuvo "en casa" para protegernos del segundo gran enemigo que debió enfrentar el Frente de Todos a poco de llegar al gobierno, tres periodistas cenaron con un dirigente muy importante de La Cámpora en una casona de Belgrano. Durante la charla distendida, repasaron temas relacionados con los "cazabobos" que Cambiemos les había dejado detrás de las puertas de cada despacho ministerial y hablaron sobre los liderazgos en disputa dentro de la coalición oficialista.

A la hora de los postres, este cronista -presente en la tertulia- preguntó por Sergio Massa"¿Sabés lo que significa Sergio para Cristina? Un trofeo", contestó el referente camporista. "¿Un trofeo?", repregunté. "Sí, el único dirigente que logró poner una piedra en el camino del kirchnerismo, una espina clavada, que ahora volvió porque se dio cuenta que el único espacio donde puede cristalizar su proyecto de poder es el peronismo" explicó el dirigente, actualmente con despacho en La Plata.

Cristina nunca tuvo una gran simpatía por el tigrense, mucho menos después del desaire al que la sometió cuando abandonó su gobierno y la enfrentó en 2013. Sin embargo siempre reconoció algo que otros también ven en el líder del Frente Renovador: está dispuesto a hacer cualquier cosa por lograr su principal objetivo, que es transformarse en presidente. Esa ambición legítima es su principal motor y lo que lo transforma en un aliado estratégico fundamental para la dirigente con mayor visión panorámica de la historia contemporánea.

El "trofeo" de Cristina, la "fábrica de dólares" de Sergio Massa y la última apuesta de Alberto

"El futuro es Massa"

Acercar a Massa al armado inicial del Frente de Todos fue la misión principal que Cristina le encomendó a Alberto Fernández. Un par de años antes, el por entonces principal asesor del líder del Frente Renovador, concedió una entrevista al semanario "Qué" durante la cual caracterizó al gobierno de Cambiemos y al contrapunto que representaban las figuras de Mauricio Macri y CFK.

“Argentina no se debate entre el pasado y el presente, sino entre el presente y el futuro. Tenemos que escapar a esa trampa que Macri propone”, decía Alberto en 2017 al señalar que se debía salir de la dicotomía política entre el creador del PRO y Cristina. En ese marco aseguró: “El futuro es Massa. Sergio es el que mejor expresa una posibilidad de cambios y una mentalidad abierta. Es alguien que tiene la virtud de escuchar a quien está en contra de sus posiciones y respetarlo. Es un hombre muy valioso”.

Tanto Alberto como Cristina conocen muy bien a quien acaban de colocar en el sillón más caliente de la administración pública. Ambos querrán ser los padres de la criatura, si es que el parto viene bien y el nacimiento augura prosperidad. Pero también son concientes de que las medidas que se vienen no van a ser sencillas de instrumentar si no existe un consenso político entre los tres pilares de la fuerza oficialista. Aunque se maquille con abundante base lo que se está elaborando, es imposible ocultar que se viene un recorte drástico y que eso tendrá impacto en las calles.

El "trofeo" de Cristina, la "fábrica de dólares" de Sergio Massa y la última apuesta de Alberto

Por eso es necesario cerrar acuerdos no solo hacia el interior del Frente y con los organismos internacionales, sino también con los sectores que representan al empresariado, la actividad agroindustrial, los trabajadores y los movimientos sociales, para evitar un nivel de conflictividad que empantane la salida. El horizonte presenta algunos nubarrones que Massa deberá sortear para evitar las tormentas, si es que quiere llegar entero y con posibilidades al puerto del 2023.

CFK observa con atención los movimientos de su "trofeo" y lo deja hacer, conciente de que se trata de la última oportunidad para su gobierno. Alberto, en cambio, supo estar en el lugar de quien trabajó para que Massa sea presidente y conoce a la perfección las fortalezas y debilidades de su socio político. Ambos sufrieron a la peor Cristina y tienen muy en claro que deben mantenerla a raya, pero adentro de la coalición, si es que pretenden tener cuatro años más por delante para transformar a la Argentina.

El "plata o mierda" de Sergio Tomás

"Sergio se las rebusca bien, es un arquero que sabe salir y presionar a los que van con la pelota, ahora va a tener que atajar penales en Economía, cuidarse que no le peguen en el culo", dijo este sábado alguien que conoce muy bien al inminente Súper Ministro: Fernando "Pato" Galmarini, su suegro, ante los micrófonos de D-Sports radio. Sin dar ningún tipo de precisiones, el padre de Malena Galmarini y actual pareja de Moria Casán sabe que su yerno no tiene un partido sencillo pero asume que es el "mejor jugador" con el que cuenta hoy el equipo del FdT.

El "trofeo" de Cristina, la "fábrica de dólares" de Sergio Massa y la última apuesta de Alberto

Durante buena parte del viernes y el sábado, las oficinas de Avenida Libertador donde funciona el búnker massista fueron un desfiladero de dirigentes -algunos con cara conocida, otros no tanto- que seguramente formarán parte del gabinete que Sergio Tomás anunciará a principios de la semana entrante. Cuando el sábado se extinguía y ante los incesantes rumores (transformados en artículos basados en los dichos de supuestas "fuentes cercanas"), el líder del Frente Renovador emitió un comunicado, que difundió a través de sus redes sociales.

"Quisiera transmitir una hoja de ruta clara para evitar versiones, especulaciones o falsas medidas en supuesto estudio. El lunes y martes voy a comunicar los nombres de quienes me acompañaran en esta nueva responsabilidad que me toca enfrentar", sostuvo. "Además, el día martes está acordada la sesión especial donde presentaré mi renuncia como presidente de la Cámara de Diputados y se designará mi reemplazo", agregó.

"El miércoles el presidente me tomará juramento y luego en conferencia de prensa voy a comunicar el plan de trabajo, objetivos y ejes a abordar, así como también la mecánica de los primeros 10 días que van a darnos un camino a recorrer y los desafíos a encarar como país", detalló. Para finalizar pidiendo "con mucho respeto que no demos por supuestas cosas previamente en términos de nombres o medidas para no generar incertidumbre ni falsas expectativas".

A pesar del hermetismo renovador, puede interpretarse que el principal objetivo de Massa es transformar a la Argentina en una "fábrica de dólares". Así llama él entre sus colaboradores a la estrategia que tiene en mente, consistente en instrumentar un programa de exportación "ampliamente superador de las posibilidades del campo" y que tenga como ejes "al sector energético y a la Economía del Conocimiento". Desde la óptica del flamante ministro es imprescindible potenciar el ingreso de divisas a través de incentivos a estas actividades para evitar nuevas corridas cambiarias que compliquen la recuperación.

Otro frente que ya comenzó a aceitar es el de las relaciones con los organismos multilaterales de crédito que tienen la mirada puesta en los proyectos de desarrollo productivo, antes que en la especulación financiera. Para lograrlo, fue estratégico destrabar las interferencias que complicaban el flujo de dólares provenientes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), conducido por el "trumpista" Mauricio Claver Carone, quien le había "pisado" a la Argentina los desembolsos ya acordados cuando Gustavo Beliz estaba a cargo de gestionarlos.

El "trofeo" de Cristina, la "fábrica de dólares" de Sergio Massa y la última apuesta de Alberto

La explicación de esa negativa es sencilla: "Zapatitos Blancos" intentó quedarse con el cargo que hoy ostenta el norteamericano de origen cubano Claver Carone, quien finalmente rompió la tradición y se transformó en el primer Director del organismo de nacionalidad estadounidense, habida cuenta de que ese sitial siempre había sido ocupado por latinoamericanos. En cambio Sergio Tomás, de óptimos vínculos con todo lo proveniente de Estados Unidos, ya logró cautivar al funcionario, que no solo lo felicitó efusivamente por su próxima asunción, sino que ya giró los primeros millones de dólares como prueba de amor.

Los otros frentes no son menos importantes. Por un lado Massa se propone mantener la misma intención que tuvo desde la Cámara de Diputados e impulsar medidas tendientes a descomprimir la carga impositiva sobre los trabajadores, para ayudar al salario en su carrera contra la inflación. Justamente ese es el otro "enemigo" a derrotar, para lo cual el nuevo Súper Ministro está pensando en darle mucha importancia a la Secretaría de Comercio Interior, designando a alguien que muestre "gestión y acción" en el combate contra la especulación.

Mirando la agenda legislativa que llevó adelante el tigrense, está claro que hará valer sus vínculos con los supermercadistas para dialogar antes que combatir contra los grandes empresarios. Pero también le dará protagonismo a las pequeñas y medianas empresas a través de su inclusión en las góndolas, como lo hizo con la ley que impulsó desde la Cámara de Diputados, obligando a las empresas líderes a compartir espacios en los escenarios de venta con las pymes. 

La Industria y la Agricultura son también secretarías estratégicas para el desarrollo del modelo que Massa tiene en mente y cuenta para esos sitiales con funcionarios muy experimentados dentro de su equipo que ya vienen ocupando cargos en otros ámbitos de la administración pública como José "Vasco" De Mendiguren o Jorge Solmi.

El "trofeo" de Cristina, la "fábrica de dólares" de Sergio Massa y la última apuesta de Alberto

Los dos puntos más sensibles de su planificación y en donde deberá negociar con quienes parecen haber arreglado una permanencia en sus cargos son la Secretaría de Energía y el Banco Central. Uno de los principales problemas que tiene hoy la economía argentina es lograr reducir el caudal de subsidios que vuelca al consumo energético. Si es que finalmente no puede asumir el control político de este área, la implementación del programa ya lanzado por la actual gestión necesitará de monitoreos y controles exhaustivos para garantizar su efectiva aplicación.

Respecto del BCRA, Massa viene dialogando con su actual titular, Miguel Ángel Pesce, quien se movió rápido y logró el aval de Cristina y de Alberto para continuar en su sitial. Por el momento, viene alineándose con la idea de frenar la salida de dólares y ya implementó dos medidas que van en ese sentido: el dólar diferencial para que el agro liquide divisas y la suba de las tasas de interés. En las próximas horas se verá si el radical logra sobrevivir al vendaval massista o si lo reemplazan por alguno de los varios candidatos que ya se estuvieron peinando para la foto.