La comunicación oficial llegó a Cancillería el lunes por la noche. Cuando Santiago Cafiero recibió la noticia, apretó fuerte su puño derecho y lo movió con energía, en clara señal de entusiasmo. Inmediatamente llamó al Presidente para reportarle la novedad: "Alemania nos acaba de invitar al G7", le dijo. Ambos funcionarios sintieron una combinación de emoción y satisfacción por la tarea cumplida durante la agotadora gira que los llevó a recorrer en 72 horas tres países europeos, con un objetivo claro: convencer al canciller alemán Olaf Scholz, al presidente francés Emmanuel Macron y al primer ministro español Pedro Sánchez de la "necesidad imperiosa" de poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania para morigerar el impacto de la crisis alimentaria mundial que se avecina.

En las primeras horas del martes, Data Clave dio la primicia: Alberto Fernández será el único mandatario latinoamericano que participará en la cumbre del Grupo de los Siete, a realizarse el próximo 27 de junio en Baviera, Alemania y que contará con la presencia de representantes de países de Latinoamérica, África y Asia. Un funcionario con acceso al principal despacho de Casa Rosada le dijo a Data Clave que esta invitación es "el primer resultado concreto" de la visita que el jefe de Estado llevó a cabo en Europa a mediados de mayo y se trata de una "maniobra geopolítica de alto vuelo" que coloca al país en la mesa de decisiones más importantes del planeta.

Alemania preside el G-7 desde principios de 2022, y adoptó el lema "Progreso hacia un mundo equitativo". Argentina será el quinto país invitado a participar en la cumbre del G7 que tendrá lugar en el hotel Schloss Elmau de los Alpes Bávaros, un encuentro al que también asistirán delegaciones de otras naciones emergentes como India, Indonesia, Sudáfrica y Senegal.

Indonesia tiene actualmente la Presidencia del G20 e India tiene una asociación estrecha con Alemania que se reflejó en una reciente visita que el primer ministro Narendra Damodardas Modi realizó a Berlín. En tanto Senegal preside la Unión Africana; Sudáfrica integra el G20 y nuestro país ejerce la presidencia pro tempore de la CELAC.

¿Cómo se gestó la invitación a Alberto Fernández para participar de la cumbre del G7 en Alemania?

De la inflación a la búsqueda de la paz mundial

Para entender las causas de esta invitación -gran logro de la diplomacia presidencial ejercida por el gobierno argentino- hay que remontarse a mediados de marzo. "Una tarde en Olivos, mientras terminaban de revisar los últimos borradores del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), Alberto y Martín (Guzmán) discutían sobre la inflación", le contó a este portal un funcionario que participó de algunas de esas conversaciones entre el presidente y su ministro de Economía.

Ante la preocupación manifestada por el incremento notorio de la curva inflacionaria, el titular del palacio de Hacienda le demostró a su jefe que cerca de diez puntos estaban originados en razones relacionadas con la guerra entre Ucrania y Rusia que, por entonces, ya llevaba casi tres semanas de iniciada. "A partir de ese momento empezamos a monitorear el conflicto y visualizamos con claridad que, lejos de terminarse, las acciones bélicas iban en un crescendo preocupante", aportó el informante.

Fue entonces cuando Fernández inició una ronda de conversaciones telefónicas con los líderes europeos con quienes mantiene una estrecha relación. En primer término se comunicó con Macron. "Esto esta descontrolado, (Vladimir) Putin tensó la cuerda y le dio argumentos a Estados Unidos para fortalecer a la OTAN y generar mayor tensión porque al acorralar a Rusia, lo único que se consigue es que se hagan más fuertes, tenemos que encontrar una solución antes de que todo estalle", le dijo el presidente francés al argentino durante esa charla.

El argentino le manifestó su preocupación por la afectación que supone para los países del hemisferio sur la continuidad y el agravamiento de la guerra, que provoca elevados niveles de desabastecimiento y distorsión del intercambio comercial de productos elementales para la alimentación humana, expandiendo las posibilidades de provocar una hambruna de proporciones inimaginables.

"Como presidentes de la CELAC y de la Unión Europea, es imprescindible que nos reunamos para coordinar acciones conjuntas y creo que Latinomérica puede ser un vector de intermediación muy importante para promover la paz", le dijo Fernández. "Hablá con Scholz -que es el presidente del G7- y arreglamos para vernos", le respondió Macron.

¿Cómo se gestó la invitación a Alberto Fernández para participar de la cumbre del G7 en Alemania?

A partir de ese momento, todo fue tarea de Cafiero, que en tiempo récord, logró coordinar las dos bilaterales en una semana y hasta incluyó una escala previa en Madrid, para reunirse con Pedro Sanchez y el rey Felipe VI. Durante la cumbre de Berlín, Fernández le expresó a su par alemán la misma preocupación que le había manifestado telefónicamente al francés.

"Lo más adecuado sería buscar la manera de ampliar la discusión para que no sea solo un tema entre la OTAN y Rusia, que empiecen a intervenir en la discusión América Latina, Africa y Asia en busca de una solución pacífica para forzar una negociación de paz a las partes", le dijo el argentino. Scholz le pidió que terminara de acordarlo con Macron y después ellos acordaban la manera de comenzar a viabilizar esta iniciativa que, lejos de resultar descabellada, generó la atención de los líderes europeos.

Dos días después, en el Palacio del Eliseo y tras escucharlo pacientemente durante más de una hora, el mandatario galo le dijo a Fernández: "Dame ocho días y te doy una respuesta". Exactamente ocho días hábiles después, la respuesta llegó desde Berlin: una cumbre del G7 ampliada para discutir una salida pacífica al conflicto que tiene en jaque a la humanidad.

El mandatario argentino se autopercibe "europeísta" y -a quien quiera escucharlo- siempre dice que "la verdadera alianza de la Argentina no es con Estados Unidos, sino con Europa". Entre su círculo íntimo, Fernández considera que esta gestión fue arriesgada pero exitosa. "Pedí que me dejaran sentar en la mesa de discusión de esta guerra para terminarla y me respondieron venì, sentate, qué tenés para proponer", contó.

Cumbre de poderosos, con invitados

Alemania asumió en 2022 la presidencia del G7 por tercera vez. El acontecimiento central es la cumbre, a realizarse entre el 26 y el 28 de junio en Schloss Elmau, un lujoso hotel ubicado en los Alpes bávaros. “Usaremos nuestra presidencia para hacer de este círculo de países una avanzada, una avanzada de economías climáticamente neutras y un mundo justo”, anunció Scholz en su discurso de Año Nuevo, antes de desatarse el conflicto ruso-ucraniano. 

¿Cómo se gestó la invitación a Alberto Fernández para participar de la cumbre del G7 en Alemania?

Además de Alemania, el grupo incluye a Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón, Canadá y Estados Unidos. La Unión Europea también está presente en todas las reuniones. Sin embargo, el grupo de Estados no es una organización internacional, sino un foro informal, por lo cual la respectiva presidencia rotativa tiene un papel particularmente importante. El país que ejerce la presidencia durante un año organiza también la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que tiene lugar en ese periodo.

La última cumbre del G7 bajo la presidencia alemana tuvo lugar también allí, en junio de 2015. El hotel de lujo está situado a unos cien kilómetros al sur de Munich, cerca del monte Zugspitze, la montaña más alta de Alemania.

Las Américas, aún en duda

Fernández recibirá este jueves al ex senador demócrata Christopher Dodd, el delegado de Joe Biden para la Cumbre de las Américas, quien se encuentra de gira para intentar que la Cumbre de las Américas logre convocar a la mayoría de los países de la región.

¿Cómo se gestó la invitación a Alberto Fernández para participar de la cumbre del G7 en Alemania?

También este jueves, el canciller Cafiero se reunirá en México con su par Marcelo Ebrard en una misión comercial pero donde también hablarán sobre una posible posición común, habida cuenta que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ya manifestó su intención de no asistir al evento regional. 

El encuentro convocado por Biden entre el 6 y el 10 de junio en Los Angeles tiene la particularidad de que vuelve a realizarse en Estados Unidos después de mucho tiempo y de que la gestión Biden decidió no invitar ni a Cuba, ni a Venezuela, ni a Nicaragua, por considerarlos "países gobernados por regímenes autoritarios"

"Hemos planteado que no tenemos intención de participar de una reunión en la que no estén incluidas todas las naciones del continente", le dijo a Data Clave un funcionario de diálogo permanente con el presidente argentino.