No se imaginan las ganas que tenía de volver a verlos”. Cristina Fernández de Kirchner se paró ante las masas que clamaban por ella en el estadio Único de La Plata y, con esas palabras, inició lo que sería un concierto discursivo con los grandes éxitos del 2003 al 2015. Se trató, sin dudas, de otra muestra de liturgia peronista. Una llama que hoy el movimiento hace lo posible por mantener encendida pese a las grandes tormentas que vienen sacudiendo hacia el interior del oficialismo.

Fue, también, la gran oportunidad que tuvo CFK para, apoyándose en el Día del Militante, dar una serie de respuestas claras de cara a un futuro en el que el grueso del Frente de Todos le reclama que se postule como candidata a presidenta. Más que de un pedido, de un ruego.

El peronismo siente que sin Cristina al frente y con la situación del país como está, el Frente de Todos no tiene chances de seguir en el gobierno. Y, es por eso, que la vicepresidenta ensayó su propio retorno de un exilio interior al que se vio forzada por un atentado en su contra que hoy sigue girando por la Justicia y que, en la previa al acto de este jueves, la vicepresidenta volvió a poner en evidencia ante la sociedad lo que considera una investigación sin lupa.

Con este mapa de fondo, CFK aprovechó la oportunidad para comenzar abrirse paso y mandar a a confeccionar el traje de candidata. Y evocó a Juan Domingo Perón: “Como dijo el general, todo a su medida y armoniosamente”. 

Sin dudas, Cristina está en carrera. Pero no solo a través de su figura. Sino de todo lo que representa. Y lo dejó en claro: “La gente tiene que decidir si quiere volver a la Argentina que tuvo”. Quizá la frase que sirvió como disparador para terminar de entender que el presente no tiene plataforma electoral y que la única opción para apalancar está en una clara oda a un pasado que, cada vez, se muestra más pisado.

Como siempre, a su tiempo, CFK también le dio una respuesta al presidente Alberto Fernández, quien en su propio 17/11, pero de 2021, exclamó: “Tenemos que hacer lo necesario para que en 2023 aseguremos un triunfo rotundo”. La contestación quedó a la vista: una oradora ante 60 mil personas que quedaron afónicas en su deseo de volver a verla presidenta. Así lo expuso La Cámpora en una bandera gigante que decía: “Era tan diferente cuando estabas tu”.

Cabe recordar que, en aquel 17/11 pasado, el presidente le había enviado un mensaje a la vicepresidenta, Cristina Kirchner, al alzar la voz por la necesidad de internas dentro del Frente de Todos (FdT) para las próximas elecciones. “Mi mayor aspiración es que en 2023, desde el último concejal hasta el presidente de la República lo elijan primero los compañeros del Frente de Todos”. Una discusión que hoy sigue silbando bajo, pero que perdió peso. Claro, desde un sector interno del FdT tienen en claro que con CFK al frente no hay interna que valga.

Bajo este marco, ayer, Cristina hizo su propio sui generis. “Hubo un tiempo en que lo hicimos, no era tan lejano, nuestro espacio pudo cumplir tres periodos consecutivos de gobierno. Podemos volver a hacer esa gran Argentina, la gente tiene que decidir si quiere volver a ser esa Argentina que alguna vez tuvieron”.

Y agregó: “Hubo una Argentina donde los argentinos podían ahorrar, y no fue hace tanto tiempo. Podían soñar, estudiar. Tenemos que volver a reconstruir los sueños que nos arrebataron a través de promesas que nunca se cumplieron”.

Con su discurso, Cristina dejó en claro que el presente no forma parte de aquello, que en un mañana, se rememore. Y cortó por lo sano: “Voy a hacer lo que tenga que hacer para que nuestro pueblo pueda organizarse bajo un proyecto para recuperar la alegría. Éramos un pueblo alegre. Volvamos a recuperar esa alegría, de que el sueldo alcanzaba, de ir al trabajo, de que había futuro”.