El crimen del colectivero en la madrugada del lunes 3 de abril desató una nueva interna dentro del Frente de Todos y puso en el foco no solo el estado de la seguridad en la provincia de Buenos Aires sino también el rol del ministro Sergio Berni, quien fue agredido cuando se acercó a la protesta que realizaban los compañeros de la víctima. Además, dejó al descubierto la prácticamente nula relación entre Axel Kicillof y la Casa Rosada.

En ese contexto, Alberto Fernández se mantuvo alejado de los actos oficiales y siguió desde lejos los conflictos, en una semana que económicamente mostró nuevamente malas señales de cara a lo que se conocerá la semana que viene: el índice de inflación. Según encuestadoras privadas, el porcentaje se ubicaría por encima del 7% a nivel nacional.

Con todo esto, el presidente de la Nación eligió pasar el fin de semana largo en la residencia oficial ubicada en Chapadmalal, adonde viajó con Fabiola Yáñez y con Francisco, el hijo de ambos, además de con un grupo reducido de colaboradores.

Fernández se preparará para la visita, que se concretará el próximo martes 11, de la subsecretaria de Estado del gobierno estadounidense, Wendy Sherman. La funcionaria de 73 años es una diplomática de confianza del presidente Joseph Biden y fue justamente designada por el mandatario como supervisora del puente de financiamiento que acordaron el presidente argentino y su par estadounidense en lo que fue la cumbre entre ambos hace pocas semanas.

La mirada estará puesta también en las repercusiones y reacciones de los anuncios económicos que hizo Sergio Massa. Cabe recordar que el ministro de Economía comunicó la implementación de un dólar diferencial de 300 pesos para las exportaciones del complejo sojero y las economías regionales, con el objetivo de aumentar las ventas al exterior y fortalecer las reservas.