Si hay una provincia que es bastión peronista -y en especial del kirchnerismo- es Santa Cruz. Allí empezó todo y es donde Juntos por el Cambio apuesta desde hace años a darle fin. Y en el 2023 tenía se presentaba la chance de ampliar la coalición opositora (Cambia Santa Cruz) con un dirigente de peso que antes jugaba para el oficialismo y en 2021 dio muestras de poder propio llegando al Congreso de la Nación con lista aparte.

Se trata del dirigente petrolero Claudio Vidal, fundador y máximo referente del partido SER, con el que quedó segundo en los comicios legislativos dos años atrás. Con ese capital político, este año fue tentado de uno y otro lado de la grieta para ser parte de alguno de los frentes. Pero fue por otro lado: inscribió el propio, Por Santa Cruz, en el que “invitó” al resto de los opositores a que se sumen.

Y cuando parecía que se armaba un gran frente opositor, Cambia Santa Cruz se rompió y no se unió completo a la cruzada del petrolero. El problema fue interno de la UCR. con escándalo incluido. Hasta hubo una jugada judicial para impedir una convención provincial que se encaminaba a determinar el acuerdo con Vidal. Esto desencadenó la renuncia del presidente del radicalismo santacruceño, Daniel Gardonio, y varios dirigentes más.

La urgencia y trascendencia del cierre de alianzas del 14 de junio en Santa Cruz es que sentó las bases de lo que será la puja provincial, ya que las elecciones para gobernador se llevarán a cabo junto con las PASO nacionales, el 13 de agosto. El  peronismo gobierna del ‘83 a la fecha. Para ello, la misión era ampliar. No se logró y ahora habrá un escenario de tercios.

La UCR debía ratificar la entrada de Vidal al frente en una convención provincial, ya que el gremialista tenía el visto bueno del PRO, Encuentro Ciudadano, y el MOVERE, la otra fuerza provincial que integra la coalición allí. Pero la propia interna radical frenó el movimiento. Un amparo judicial los dejó sin cumbre y a la vez sin acuerdo.

En este escenario, el peronismo vuelve a posicionarse con buenas chances de seguir en el poder. Si se concretaba la alianza de Vidal con Cambia Santa Cruz, quedaban en inferioridad de condiciones. Ahora, con la Ley de Lemas vigente, el PJ presentará no menos de 3 o 4 candidatos (la gobernadora Alicia Kirchner aún no definió si será de la partida) que sumarán todos al que sea el más votado. 

La inclusión de Vidal en el armado opositor tenía el visto bueno del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que también fue artífice del pacto del dirigente petrolero Jorge “Loma” Ávila, en Chubut, titular del Sindicato del Petróleo y Gas Privado de Chubut. Así, sumaron una pata filoperonista que hasta hoy no tenían en la provincia donde buscan dar el batacazo de la mano de ‘Nacho’ Torres. Será candidato a diputado nacional.

Respecto de la gran alianza frustrada, el quid de la cuestión fue la intransigencia de los referentes de la Unión Cívica Radical en Santa Cruz, Eduardo Costa y Roxana Reyes. En especial esta última, que es la candidata a gobernadora de la UCR. Incluso el propio Costa había dicho públicamente que la fórmula debía ser Reyes-Vidal, para apurar una definición del sindicalista. Pero la diputada nacional fue tajante y se opuso de manera terminal.

Hasta última hora del martes, la cúpula de la UCR mantuvo negociaciones para intentar acercar posiciones y evitar llegar divididos a una elección que puede ser la oportunidad histórica de destronar al peronismo.