En las últimas elecciones, Buenos Aires registró un 68,29% de participación. Un 12 por ciento por debajo de lo alcanzado en las generales de 2019. Con estos números sobre la mesa, el Frente de Todos retomará la actividad de campaña con un objetivo claro: ganar territorialidad para poder hacer un trabajo de casa por casa en busca del padrón perdido.

A la inversa de lo que suele suceder con las elecciones presidenciales, donde se da un voto descendente, en estas legislativas la tracción del sufragio ascendente cobró más valor que de costumbre. Y es por eso que, tras recibir los números del escrutinio definitivo, desde el Frente de Todos se muestran esperanzados.

“Hay localidades en las que siempre nos acompañaron, pero fue a votar menos del 55 por ciento del padrón”, le cuenta a Data Clave un funcionario bonaerense cercano al gobernador Axel Kicillof. “En los encuentros pos PASO nos dejaron en claro su situación, pero también hubo mea culpa. Está claro que faltó militar más sino lo de Varela o Merlo no se entiende”, agrega.  

En los municipios mencionados la asistencia general a los comicios apenas alcanzó el 61 por ciento, siete por ciento por debajo de la media provincial y 20 puntos menos que la asistencia registrada en 2019. Pero no fueron los dos únicos. La misma cantidad del padrón dijo presente en José C. Paz, donde gobierna Mario Ishii.

Se trata de tres distritos en los que el peronismo no suele bajar del 50 por ciento pero que en estas elecciones perdieron, en algunos casos, más de 20 puntos.

El más representativo es Merlo, donde en las generales de 2015 se ganó con el 52 por ciento, luego en 2017 con el 49% y en 2019, con el 63%. En las últimas PASO los candidatos del Frente de Todos sumaron 39 por ciento, 24 puntos menos que en la última votación.

La llegada de Martín Insaurralde a la jefatura de Gabinete tiene como objetivo a corto plazo devolver la confianza que necesitan los intendentes para salir a buscar el voto ascendente y no cortarse solos como ya empezaron a hacer en algunos casos como el de Ariel Sujarchuk, que elevó críticas crudas hacia el gobierno nacional y provincial desligándose por completo de la caída del voto a nivel local.

En la misma línea de los tres distritos antes mencionados se encuentra La Matanza, donde la participación fue del 62 por ciento. “La Matanza es el corazón de la provincia. Y siempre traccionamos todo lo necesario para ganar a nivel seccional, provincial o nacional. Si hay algo que no le falta al matancero es militar. Pero si la gente no tiene plata en el bolsillo es difícil salir a votar con alegría, como siempre pasó con el peronismo”, le dice a este medio un dirigente del peronismo local.

Y agrega: “En vez de esperanzarnos con ver cómo ganamos una elección pensemos cómo vamos a seguir en caso de ganar una elección”.

Entre los cuatro distritos hay un padrón de más de dos millones de personas de las que casi 800 mil no fueron a votar. “Con la caída de casos, un mejor clima y una general que siempre tiene más participación que una PASO creemos que se va a sumar una cantidad considerable de gente en localidades donde el voto nos es favorable en dos de cada tres personas. Pero está claro que tenemos que acercarnos y para eso necesitamos a los intendentes”, añade la fuente provincial.

Lo cierto es que la diferencia entre Juntos y el Frente de Todos rumbo a noviembre es de poco más de 300 mil votos en el camino al Congreso. Una cifra que, desde la oposición, saben que no es definitiva. Y es por eso que como ya dijo a través de este portal, Diego Santilli y Facundo Manes emprenderán una recorrida en conjunto para no desperdigar el voto.

Lo que resta saber es de qué manera responderá esa parte del padrón que, de seguro, se acercará en mayor cantidad el próximo 14 de noviembre.