La temperatura está en alza. Y los casos de Covid, también. La mezcla de factores, sumado a una sociedad que alcanzó su pico de cansancio, generó un cóctel de violencia que, al parecer, también sigue creciendo. 

El último caso se dio en General Lavalle, donde el secretario de Salud, Marcelo Pachagua, fue brutalmente agredido por un hombre que le provocó diversas heridas cortantes en el rostro. Los motivos son aún más sorprendentes. Según pudo saber este diario, el victimario responsabilizó al funcionario municipal de haber sido quien lo contagió de Covid ocho meses atrás cuando fue operado del corazón en un municipio vecino y realizó el reposo aconsejado en el Hospital Municipal Sagrado Corazón de Jesús.

Justamente en la puerta de este establecimiento se llevó a cabo la agresión. “A principio de la pandemia salían a aplaudirnos y ahora salen a pegarnos. Nosotros expusimos nuestra salud, no tuvimos vacaciones, trabajamos a destajo pensando si llevamos el virus a nuestra familia. No es justo que pasen estas cosas”, le dice de manera exclusiva a Data Clave, Pachagua, Y asegura: “Tantas veces se votan en el Congreso cosas sin mucho valor que estaría bueno que exista una ley en la que la agresión a personal médico tenga penas más severas”.

Según explicó, el agresor trabaja en el hospital. “Salí del hospital tipo 12.40 y este señor se acercó y con el barbijo puesto me preguntó si me acordaba de él. No lo reconocí y sin mediar otra palabra, me pegó una piña de una. Me caí, se me subió arriba y me empezó a propinar golpes con el objetivo de desfigurarme la cara. Algo que consiguió”.

El 22 de mayo pasado, el agresor fue internado por un tema cardiovascular al lado de otro señor que luego dio positivo de Covid. “Él culpa al hospital de haberse enfermado. Incluso hizo una denuncia penal que rápidamente fue desestimada desde Dolores”. Actualmente está preso.

Según le dijo a Data Clave el intendente local, José Rodríguez Ponte, se trató de “un acto de violencia de un intolerante que no entiende nada y que trató de cargar la responsabilidad de su contagio a un vehículo invisible. Es algo difícil de comprender”.

“Tras el ataque a golpes de este mediodía, el área de legales del municipio trabajaba para presentar una denuncia penal y solicitar medidas restrictivas para que no pueda acercarse a los lugares en donde desarrolla tareas Cachagua", agregó la comuna en un comunicado.

No se trata, claro, del único caso ocurrido en los últimos días. Con el correr de las horas se van dando a conocer distintos episodios de violencia sucedidos a lo largo y ancho de un país que en marzo de 2020 salía a los balcones para aplaudir la labor de los médicos y que hoy, casi dos años después, los agrede física, verbal y psicológicamente debido a la gran demanda de testeos generados por la suba de casos.

El martes en Gualeguaychú, un médico del consultorio de Febriles del Hospital Centenario fue atacado a golpes de puño por una persona que fue hisopada la semana pasada y todavía no tenía su resultado.

Al no estar en graves condiciones, se solicitó al agresor paciencia, para atender primero a quienes presentaban un cuadro más urgente o a aquellos que se encontraban esperando desde más temprano. “La situación de la atención en el primer nivel de salud está desbordada, los turnos para hisopado se dan en una proyección a cuatro días por lo que se prioriza ciertos grupos como mayores de 60 años, personas con enfermedad preexistente, aquellos que empeoran los síntomas en tres días o los que no tienen nexo con ningún caso positivo”, explicaron fuentes sanitarias.

La semana pasada en el distrito de 9 de Julio, un hombre llevó a su hija a una consulta, pero no conforme con el diagnóstico del profesional lo trató de zángano. Al otro día repitió la visita, y la agresión subió de tono. A los insultos, lo amenazó de muerte, conforme consta en la denuncia policial en curso, con intervención de la UFI 4 de Mercedes.

Desde la Secretaría de Salud de Villa Gesell emitieron un comunicado en el que expresan su repudio “a la violencia cotidiana hacía el personal de salud. Es triste ver tantos actos violentos por parte de integrantes de la sociedad, esto se suma al agotamiento físico y mental que sufre el mismo personal de salud, sumado al miedo de contagio, al miedo de transmisión del virus a nuestras familias y conocidos. Es de gran preocupación e indignante los actos violentos que sufren día a día el personal sanitario en nuestra ciudad, en distintos puntos de nuestra provincia y de nuestro país”.