Lleva 28 años como intendente y en los próximos días asumirá un nuevo rol como concejal. Pero no será su primera experiencia en el Concejo Deliberante. Antes de llegar al poder local en 1995, ya había asumido una banca como edil. Eso sí, en otro distrito. Se trata, sin dudas, de un caso particular, pero no por eso fuera de un marco legal.

El próximo 10 de diciembre, Alberto Descalzo dejará de ser el jefe comunal de Ituzaingó. y, de esta manera, el distrito cambiará por primera vez en su breve historia de jefe comunal. Sucede que el partido del oeste nació como tal en 1995, año en el que justamente el actual intendente fue elegido por primera vez.

Le siguieron seis reelecciones hasta consolidarse como el jefe comunal con mayor cantidad de años al frente de un distrito de la actualidad. Su lugar ahora quedará a cargo de su hijo, Pablo, quien en las últimas elecciones cosechó el 43 por ciento de los votos a nivel local y aventajó por más de 10 al candidato de Juntos por el Cambio y por más de 23 al de La Libertad Avanza.

El extraño caso del intendente que fue concejal de un distrito y ahora lo será de otro

La estrategia de Descalzo fue potenciar a su hijo a través de una candidatura como primer concejal. Sucede que en las elecciones de 2019 el mandamás ya había intentado ceder su rol pero las encuestas no acompañaron y decidió presentarse una vez más. Tras la derrota en los comicios del 2021, ahora optó por acompañarlo con esta fórmula que lo coloca, una vez más, en el HCD.

Lo llamativo del asunto es que esta será la primera vez de Descalzo padre en el Concejo Deliberante local. Su paso anterior se dio entre 1983 y 1991, cuando cumplió dos mandatos en Morón, el partido del cual se desprendió Ituzaingó. El año en el que dejó el HCD local fue para presentarse como precandidato a intendente del PJ del distrito donde gobernaba Juan Carlos Rousselot, quien finalmente fue reelegido.

Tras esa experiencia fallida, Descalzo se reposicionó hacia adentro. Fue justamente en esos primeros años de los 90, cuando el entonces gobernador, Eduardo Duhalde, puso en marcha un plan de división de municipios con el fin de conseguir más caudillos a su cargo y ganarle la disputa de poder interno del PJ al presidente Carlos Menem. Lo que siguió, es historia.