El fiscal general Francisco Maldonado requirió al Tribunal Oral en lo Criminal Federal de San Juan que ordene la inmediata detención del condenado Gustavo Ramón De Marchi, el genocida que estaba libre desde el 6 de julio del año pasado bajo el argumento de que no estaba en condiciones físicas ni psíquicas para comprender siquiera los actos más elementales. 

Hace poco menos de dos semanas, Data Clave lo encontró bailando, bebiendo y departiendo en la fiesta de celebración de las bodas de oro de otro genocida, Jorge Olivera, y gracias a esa tarea periodística el fiscal pide su detención y un nuevo peritaje para evaluar si De Marchi simuló estar enfermo y con la mente perdida. 

La fiesta a la que concurrió De Marchi
La fiesta a la que concurrió De Marchi

"Se advierte que han transcurrido siete meses desde que la Sala III de la Cámara Federal de Casación (CFCP) anuló la resolución citada y ordenó el reenvío de las actuaciones. Por tal motivo, solicito al Tribunal que -imprimiendo la celeridad que amerita el caso- se dé cumplimiento a lo ordenado por la CFCP, ordenándose la inmediata detención del condenado Gustavo Ramón De Marchi", indicó el fiscal en su presentación, fechada el 7 de febrero pasado. Como se trata de un pedido de detención, la fiscalía prefirió no hacerlo público en aquella fecha, en atención a los riesgos procesales que eso podría conllevar. La noticia se conoce ahora debido a que el Tribunal le giró la presentación a la defensa para que se expida.

Cabe recordar, además, que Gustavo Ramón De Marchi escapó de la justicia en dos ocasiones anteriores, la primera en el 2000 y la segunda en 2013, cuando huyó del Hospital Naval a donde había pedido traslado junto a Olivera, su fiel amigo desde 1976, cuando juntos lideraban la patota que asoló San Juan y que secuestró, torturó, asesinó entre otros, a Anne Marie Erize, la modelo franco-argentina.

De Marchi en la fiesta
De Marchi en la fiesta

En esta misma línea, el TOF de San Juan hizo lugar este martes al pedido formulado por el fiscal general de Mendoza y titular de la Unidad Fiscal que interviene en los procesos por violaciones a los derechos humanos en la jurisdicción, Dante Vega, quien había requerido la realización de un nuevo examen físico a De Marchi en la conocida como Megacausa III, en la que fue apartado -es decir, no llegó a ser juzgado-, "en razón de su condición psiquiátrica, neurológica y psicológica". En el pedido, el fiscal solicitó que, además de la reevaluación a los efectos del artículo 77 del Código Procesal Penal de la Nación -que prevé la posibilidad de suspender el proceso por razones de salud-, "se requiera a los peritos intervinientes que evalúen específicamente la posibilidad de que haya existido una simulación de afecciones por parte del nombrado".

"Resulta evidente que la presencia del nombrado en la celebración llevada a cabo en la casa de Jorge Antonio Olivera torna ineludible la necesidad de realizar un nuevo examen médico a los efectos de determinar si las condiciones médicas oportunamente constatadas se mantienen, particularmente teniendo en cuenta que en la imagen publicada por el diario Tiempo de San Juan se lo observa en condiciones que -prima facie- parecieran no condecirse con aquellas que mostraba al momento de realizarse la pericia que derivó en la suspensión de los procesos en su contra", valoró Vega de acuerdo a la información oficial del caso.

De Marchi en la fiesta
De Marchi en la fiesta

Por otro lado, el fiscal Vega formuló una presentación con nuevas medidas en torno a la situación de Olivera, condenado a penas de prisión perpetua en tres procesos, y en tal sentido le requirió al TOF de San Juan que:

Al ordenarle la restricción de "abstenerse de realizar eventos sociales que supongan la concurrencia de un número considerable personas ajenas al entorno familiar, la contratación de servicios de música, mobiliario, catering, o cualquier otra actividad que, en definitiva, desnaturalice el alcance y sentido de la pena impuesta, y ponga en crisis la motivación estrictamente humanitaria que justifica dicho régimen de excepción, se comunique expresa y personalmente, tanto al encartado como a la persona responsable de la referida medida cautelar, que el incumplimiento de tales restricciones implicará la revocación del beneficio del que actualmente goza".

Se le imponga al condenado, además, la "prohibición de que ingrese a su domicilio cualquier persona imputada, procesada, o condenada por crímenes contra la humanidad".

Ordene la "realización de controles sorpresivos y periódicos semanales, en diferentes horarios, diurnos y nocturnos, debiendo informarse cualquier situación que suponga la violación a las restricciones antes referidas", como también "la realización de rondines policiales con la frecuencia que el Tribunal estimare pertinentes".

Vale recordar que tanto Jorge Olivera como Gustavo Ramón Demarchi fueron juzgados y condenados en Megacausa I, II y II. El primero a prisión perpetua en las tres instancias, y el segundo a 25 años y a perpetua en dos de ellas. En magacausa III Demarchi fue considerado totalmente incapaz física y mentalmente por lo que no fue condenado, y se le dictó libertad por la misma razón en las dos anteriores donde en ejercicio de sus capacidades él mismo ejerció su defensa. 

Ahora, por una noche de fiesta donde bailaron al ritmo de las canciones de Palito Ortega, quien amenizó la fiesta con un show en vivo, puede volver tras las rejas. A veces, la impunidad tiene su costo.