El Presidente Javier Milei envió un mensaje de fin de año para todos los argentinos y, entre varios temas, le pidió al Congreso que aprueben su proyecto de "ley ómnibus" "para avanzar rápidamente en los cambios que el país necesita".

Entre esos puntos, aseguró que si las medidas propuestas por el gobierno nacional logran avanzar, "en un lapso de 45 años nos permitirá aspirar a multiplicar por 10 veces nuestro PBI per cápita" y aseguró que depende tanto del gobierno, como de los dirigentes sindicales y sociales, de los legisladores y "de los argentinos de bien" a quienes invitó a reclamar "a sus representantes la aprobación" del proyecto.

Y en esa misma frase, aseguró que Argentina alcanzará “niveles similares a los de Irlanda”, que según el Presidente, está por encima del crecimiento de los Estados Unidos. 

No es la primera vez que Milei elogia a los irlandeses. El año pasado, en agosto, profundizó este tema en una entrevista con Financial Times: “Ellos hicieron reformas y su PBI por habitante se ha más que sextuplicado en los últimos 30 años, me gustaría que la Argentina se parezca a Irlanda”. Ahora bien, ¿cómo funciona ese país?

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Según el último censo, Irlanda tiene casi 5,2 millones de habitantes y se encuentra en la posición 121 de la tabla de población. Fue un país históricamente agroexportador que a partir de 1985 tuvo un rediseño de su economía al permitir la instalación de industrias que hoy representan casi el 40% del Producto Bruto Interno.

¿Qué hizo Irlanda? En 1988 empezó a reducir el tipo del impuesto sobre sociedades de manera progresiva, con el objetivo de atraer inversión extranjera directa. En ese año tenían una tasa del 50%, pero bajó al 40% en 1991, a 20% en 2001 y 12,5% en 2003, cifra que se ha mantenido hasta la actualidad. Esto provocó que más de 1.000 empresas se radicaran en el país, entre ellas Facebook, Google, Amazon y Tik Tok.

Para ese entonces, Irlanda multiplicó su renta per cápita por más de 10, pasando de U$S 6.018 a U$S 61.313, lo que equivale a un crecimiento anual compuesto del 11,1%. Sin embargo, esta receta mostró falencias en los últimos años.

Javier Milei elogió a Irlanda y sueña con que Argentina sea como ese país en 45 años: cómo es su economía

El último análisis que publicó la Oficina Central de Estadísticas (CSO) indica que la República de Irlanda ha entrado en recesión tras registrar una contracción del 1,9 % del PBI en el tercer trimestre del año. Los datos publicados hoy actualizan los datos de diciembre de 2022.

La CSO también señaló que la Demanda Doméstica Modificada (MDD, en inglés), un indicador más fiable para la economía interna que, según el Gobierno, elude las distorsiones que crean las multinacionales, no registró apenas cambios respecto al segundo trimestre del año.

Asimismo, el producto nacional bruto (PNB), que mide la actividad económica excluyendo los beneficios de las multinacionales, cayó el 1,1% entre los pasados meses de julio y septiembre, agregó el informe. La CSO explicó en un comunicado que la contracción del PIB en el tercer trimestre estuvo "impulsada, en gran medida, por la contracción de un sector industrial dominado por las multinacionales", según agencia EFE.

El ministro irlandés de Finanzas, Michael McGrath, aseguró hoy que los datos de la CSO reflejan la "actual caída de la demanda" de productos farmacéuticos vinculados a la pandemia de coronavirus. "También estamos viendo un marcado debilitamiento en las condiciones económicas globales, para las que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) proyecta un crecimiento débil para el próximo año", declaró el titular del ramo.

Michael McGrath, ministro de Irlanda
Michael McGrath, ministro de Irlanda

Por otra parte, expertos en economía advierten que la macroeconomía robusta de ese país no refleja lo mismo en su población. Un tema central, por ejemplo, es la crisis habitacional que sufre ese país y las numerosas marchas que se hicieron por este flagelo.

Según la agencia EFE, la patronal irlandesa (Ibec) había advertido que la crisis de la vivienda que atraviesa el país es una “barrera crítica” para mantener el crecimiento económico y captar mano de obra e inversiones extranjeras.