No ocultamos los problemas con cobertura mediática o frases hechas, los afrontamos cada día junto a 135 intendentes bonaerenses”. Axel Kicillof levantó los ojos y desde los balcones del palacio legislativo, los jefes comunales le devolvieron un aplauso cerrado. La frase formó parte de un discurso eterno (más de dos horas y media) en el que el gobernador se puso al hombro algo que, en concreto, será la búsqueda de un nuevo mandato.

Claro, no será fácil. Y Kicillof sabe que para lograrlo no solo deberá hacerle frente a la oposición sino también tendrá que hacerse camino hacia el interior del Frente de Todos. Es por eso que no llamó la atención que el mandatario provincial exponga en su alocución la importancia de la obra pública para poder generar los mecanismos necesarios para dinamizar la oferta laboral y generar empleo.

En definitiva, el gobernador aprendió el valor de los intendentes. Y más allá de que se trató de un discurso en el que casi no hubo un mensaje teledirigido hacia los alcaldes, los propios referentes comunales celebraron varios de los pasajes en los que Kicillof hizo foco en la obra pública. Y, sobre todo, en lo que será la implementación del “Plan 6x6”, un programa con el que Kicillof busca recuperar todo aquello que no se pudo realizar producto de la pandemia y que también les servirá a los jefes comunales para mostrar gestión.

Claro, el ex ministro de Economía de Cristina Kirchner sabe que para conseguir su reelección debe ir por todo. Y es por eso que, a la hora de plantar bandera, dejó en claro su posición. No solo ideológicamente (al hablar de “guerra” en relación al conflicto bélico que se desarrolla en Europa del este), sino también a la hora de agradecerle a la oposición por su rol legislativo a la hora de aprobar el Presupuesto 2022. Algo que no se dio en la Cámara baja del Congreso Nacional y que significó la primera implosión que luego determinó la salida de Máximo Kirchner como presidente de la bancada oficialista.

Incluso, el gobernador fue por más.  “El acuerdo con el FMI no tiene que ahogar nuestro crecimiento, ni nuestra recuperación. En la provincia de Buenos Aires no hay lugar para ajuste. Después de una crisis tan dura, estamos empezando a caminar y nadie tiene derecho a cortarnos las piernas. Los bonaerenses ya hicieron mucho sacrificio y trabajamos para saldar la verdadera deuda, que es con nuestro pueblo”.

Se trató en definitiva de un mensaje hacia arriba. Y con un destinatario: el presidente Alberto Fernández. “Esta deuda impagable ahora tiene una negociación que busca evitar una catástrofe y atenuar las lamentables consecuencias de un crédito que fue solicitado de manera irresponsable”. Y agregó: “Más que un préstamo, fue una trampa. Y de esa trampa estamos intentando salir. No puedo dejar de manifestar el repudio al neoliberalismo y al FMI por dejarnos sometidos”. Y también aclaró que “el Frente de Todos no tiene nada que ver con el origen de la deuda, nunca hubiéramos ido a golpear las puertas del FMI”.

Pero el golpe más duro hacia adentro lo dio a la hora de hablar sobre la discusión que comprende la coparticipación, una deuda histórica de la Nación para con el territorio bonaerense. “Somos la provincia más rica, pero tenemos un gobierno pobre. No es un reclamo contra ninguna provincia hermana, pero la coparticipación no alcanza”.