El próximo domingo los argentinos decidirán través de su voto quién será, a partir del 10 de diciembre, el futuro presidente. La definición, como es sabido, será entre el candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa, y el aspirante de La Libertad Avanza, Javier Milei. Quien tome el poder se encontrará, sin dudas, con un país diferente en lo que refiere al actual mapa político donde se impone el bifrentismo con el peronismo unido por un lado y la coalición entre el PRO, la UCR, la CC y el justicialismo anti kirchnerista.

Lo cierto es que si el voto popular pone a Milei al frente del país, el actual diputado nacional no contaría con gobernadores ni intendentes a su favor. Tampoco tendrá un bloque de peso en el Congreso más allá de todos los movimientos que podrían desatarse tras un resultado de esas características.

Por el contrario, Massa sí tendría un apoyo consolidado de mandatarios provinciales y jefes comunales a lo largo y ancho del país. Y un respaldo grande en ambas cámaras legislativas.

La campaña nacional llevó incluso a que muchos dirigentes que veían con cierta distancia la candidatura del actual ministro de Economía dejen de lado las dudas para abrazarse a la certeza de que el rival de turno a vencer supera cualquier tipo de antinomia "internista"

Es así que Massa llegará al balotaje con el empuje territorial de todos los jefes comunales de Unión por la Patria gracias al trabajo que hicieron los gobernadores y referentes nacionales y provinciales de instruir a la dirigencia política a salir a buscar todos los votos posibles.

La provincia de Buenos Aires es, en este marco, el territorio más pretendido por la fuerza de un padrón que representa a más del 38 por ciento del país. Es por esto que el gobernador Axel Kicillof no se durmió en los laureles de su contundente triunfo provincial y realizó en los últimos días diversos encuentros con todos los jefes comunales de UxP en las distintas secciones electorales.

Hoy los intendentes están abocados a la necesidad de ser partícipes necesarios del triunfo de Massa. Todos buscan construir desde sus distritos una victoria que los deje bien perfilados rumbo ante un nuevo gobierno nacional. “Somos muchos los que vivimos el macrismo como intendentes, y lo sufrimos. Incluso algunos sentimos que no teníamos a quien recurrir hacia adentro del partido en ese momento. Con Milei todo sería peor. Ya lo dijo Axel: la Provincia no se salva sola y los municipios, menos”, le dijo un intendente bonaerense a Data Clave.

Hacia adentro

Desde el 10/12, Unión por la Patria contará con 83 de los 135 municipios. De los cuales, el massismo gobernará 17. No es un número menor. Por el contrario, se trata de una de las corrientes internas del peronismo que más poder sumó en estos comicios. De las 11 que contaba propias pasará a tener cinco más.

El Frente Renovador, por adentro de UxP, llegó a estos comicios con la posibilidad concreta de sostener todas sus pequeñas patrias “intendentistas”. No fue un trabajo fácil. De las 11, seis cayeron en las PASO. Algunas por más de 20 puntos contra la sumatoria de Juntos. Algo que, en los futurismos de entonces, presagiaba un mal final.

Sin embargo, los jefes comunales del massismo se vieron beneficiados con el crecimiento del candidato presidencial y no solo dieron vueltas todas las elecciones locales en las que arrancaron perdiendo sino que sumaron otro buen número a gobernar.

Las victorias en Chacabuco, Rivadavia, Roque Pérez, Patagones y Tres Arroyos le permitirán al Frente Renovador extender su dominio territorial a lo largo y ancho de la provincia de Buenos Aires. Los logros obtenidos en estos distritos se suman a lo alcanzado en San Fernando, Las Heras, Navarro, San Andrés de Giles, Presidente Perón, General Pinto, Chascomús, General Alvarado, Las Flores, Tornquist y Bolívar. Y a ellos se les suma Villarino, que el Frente Renovador cuenta como propio por diferentes lazos políticos que se reflejan a nivel legislativo pese a que el jefe comunal Carlos Bevilacqua se considere vecinalista.